En la ciudadela Las Orquídeas todos quienes somos residentes y vecinos estamos intranquilos por la delincuencia.

Desde hace ocho meses estamos más temerosos por los aumentos de más diversos asaltos a mano armada de los que somos víctimas, al salir o llegar a nuestros domicilios. Un ejemplo de la inseguridad en el sector sucedió el jueves 2 de febrero, cuando siendo aproximadamente las 18:30, y en momentos en que me encontraba caminando con mi esposa por la zanja que está entre Mucho Lote y Las Orquídeas, fuimos vilmente asaltados por dos individuos que no tenían apariencia sospechosa. Los delincuentes se movilizaban en una motocicleta.

Ocurren desmanes todos los días y han cobrado vidas, tal es el caso del tendero que al defender a su hija para que no le robaran el teléfono celular, fue cruelmente baleado y muerto; este hecho ocurrió en noviembre del 2016. A su vez, son innumerables los asaltos a nuestros vehículos que los dejamos estacionados en la ciudadela afuera de nuestros domicilios.

Tengo que añadir que no tenemos una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) dentro de Las Orquídeas; de hecho, la que está más “cercana” –por así decirlo– se encuentra en la avenida Francisco de Orellana, está lejos, al otro lado de la ciudadela, y cuenta con apenas un par de policías uniformados. Según información que he recabado, cuando se ha llamado a la Unidad (de la avenida Orellana) para que den la correspondiente ayuda, la contestación ha sido: “Sí, estamos al tanto”.

Algo más que acotar a esta denuncia es que el servicio de ronda de policías no está siendo tan riguroso, como debería ser posible. Nos encontramos en esta ciudadela desprotegidos, no me queda otra cosa que solicitar que se arbitren las medidas necesarias para recuperar la tranquilidad y la seguridad en Las Orquídeas y en los alrededores de la ciudadela. (O)

Ebert Gavica A., Guayaquil