El Gobierno señala: “… Ganó ampliamente el SÍ en consulta... prohibir paraísos fiscales. Esa es la verdadera lucha contra la corrupción…”.

Los investigadores de Oxfam, más conocidos como los del caso Panama Papers, elaboraron un listado de los “paraísos fiscales más complejos”, caracterizados por menores impuestos, no cooperar adecuadamente con la evasión fiscal y la falta de transparencia financiera. Los quince primeros son: Islas Bermudas, Islas Caimán, Países Bajos, Suiza, Singapur, Irlanda, Luxemburgo, Curaçao, Hong Kong, Chipre, Bahamas, Jersey, Barbados, Islas Mauricio, Islas Vírgenes Británicas.

Indiscutiblemente, para que los ciudadanos ecuatorianos mantengan inversiones en paraísos fiscales se requiere primero que los dineros hayan salido del Ecuador hacia los países arriba citados, lo cual lleva implícito que los controles han permitido que esto suceda. Dichos controles los ejercen los organismos de supervisión e impositivos, los cuales en los últimos diez años han estado a cargo de la misma administración del Gobierno, siendo inadecuados y debiendo ser mejorados. Se trata, pues, de aspectos administrativos, por lo que debemos estar claros y no confundirnos, ya que no es un asunto que requiere cambios en la ley, sino de aplicarla con objetividad, eficiencia, eficacia e independencia.

La pregunta entonces gira en torno a “no paraísos fiscales o no a la corrupción”. Y la respuesta es: “No a la corrupción”; al ejercer de manera efectiva los controles adecuados, los recursos que salen del país a Panamá o Miami (como ejemplo), y pagan impuestos aquí y allá, son transparentados en los dos lugares, apoyan al comercio internacional, o para promover la inversión y el empleo de ida y vuelta. El problema es cuando no se registran, cuando no se conocen (es decir, se ocultan deliberadamente). Por ende, NO “ … al mal uso del poder público para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente de forma secreta y privada. El término opuesto a corrupción política es transparencia”.

No se trata solo de llevar adelante un “Plan Nacional de Gobierno Electrónico136”, sino cumplir con los ejes del Programa de las Naciones Unidas de la Lucha contra la Corrupción: (I) Impulsar e implementar las reformas normativas para prevenir y sancionar la corrupción. Con lo cual no deberían existir casos emblemáticos como Capaya u Odebrecht. (II) Publicar informes con recomendaciones de auditorías internas y externas en las instituciones públicas, fácilmente asequibles para los ciudadanos. (III) Transparentar el proceso de selección de funcionarios públicos, en prevención de tráfico de influencias. (IV) Revelar al control ciudadano los procesos de construcción y gestión de proyectos de infraestructura emblemáticos, para evitar casos Odebrecht y Capaya.

No a la corrupción es más que una ley, es una forma de vida, es mantener los pesos y contrapesos adecuados, implementar controles, rendición de cuentas en serio, organismos de supervisión independientes, es luchar porque en estos momentos la democracia prevalezca.

Parafraseando a Voltaire, hoy más que nunca debemos construir un país, porque aunque no esté “… de acuerdo con lo que dices, defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”.(O)