El 21 de febrero de 1995 el ejército peruano con todo su poderío bélico y tropas de fuerzas especiales intentó tomarse Tiwintza por la fuerza, pero los soldados ecuatorianos nos encontrábamos aferrados a nuestra tierra, a nuestra historia, defendiendo el sagrado suelo patrio con honor y la vida.

Nuestro Ejército se vistió de gloria en Tiwintza. La ambición de los sureños en el campo de batalla no fue como lo esperaban, sufrieron una derrota contundente. Este hecho histórico dignificó a nuestra patria, no puede ser olvidado por cuanto sirve de ejemplo para vivir en un país libre y soberano. (O)

Eduardo Vergara Barros, militar (sp), Quito