Los hechos históricos del país han sido injustos e inhumanos con las nacionalidades y pueblos; la independencia en nada favoreció a las comunidades; por otra parte, corrientes ideológicas como el indigenismo tampoco supieron comprender y reconocer el derecho de los pueblos a su continuidad cultural; propuestas como la lucha de clases reivindicaban derechos económicos, pero no reconocieron los derechos de la diversidad cultural y lingüística, esto motivó a diferentes sectores de las mismas comunidades a redescubrirse y definir su propio destino.

Fueron ellos mismos quienes reivindicaron su estatus de ser pueblos, culturas con identidad propia. Sus propuestas se definieron en el proyecto político elaborado por la Conaie (1982), en el cual se reivindican sus derechos políticos, económicos y culturales.

Las diferentes acciones que han realizado las nacionalidades y pueblos han trastocado la estructura del país, incluso de la misma academia, que se vio obligada a redefinir conceptos, como sociedad, identidad, diversidad, cultura, interculturalidad, plurinacionalidad, etc., y sin embargo, en los últimos años sus organizaciones han sido atacadas, hostigadas y perseguidas, pero no cumplieron el objetivo de anular a la Conaie, lo único que han logrado es fragmentarla, dividirla, pero eliminarla no, lo que es un valor importante que se debe tener presente en la resistencia de las organizaciones de las nacionalidades.

En los últimos años, las acciones de persecución, criminalización de las reivindicaciones de las nacionalidades y pueblos, incumpliendo lo dispuesto por la Constitución, que establece que el país es intercultural y plurinacional, han permitido que los miembros de las mismas vuelvan a unirse y se preocupen de discutir internamente la situación actual y, fundamentalmente, el futuro de las comunidades.

La Constitución también reconoce como lenguas oficiales el kichwa y el shuar y dispone que en todos los centros educativos del país se incorpore paulatinamente la enseñanza de una lengua indígena y, sin embargo, se ha desarticulado el Sistema Intercultural Bilingüe, obligándolo a castellanizarse.

Tampoco se ha respetado la autonomía política, administrativa y financiera de los gobiernos autónomos descentralizados y regímenes especiales, entre ellas las circunscripciones y se ha violado el espacio, el territorio y la autonomía de las nacionalidades y pueblos.

Frente a esto surgen algunas preguntas: ¿qué acciones concretas se realizarán para superar esta persecución y construir el estado intercultural y plurinacional? ¿Qué garantías legales y financieras pueden ofrecerse para reparar el daño que fomenta el genocidio de las lenguas y los valores de las nacionalidades y pueblos del país? ¿Qué estrategias se desarrollarán para garantizar la autonomía, el manejo del territorio, de los recursos naturales y su fortalecimiento?

(O)