La ciudad de Jericó, la de los altos muros que describe la Biblia, es una de las ciudades más antiguas del mundo. Tenía muros fortificados, era un símbolo de poder y fuerza militar, y los cananeos la consideraban invencible. Sitiada por los israelitas, Jericó se rindió después de que sus murallas fueron derribadas por siete sacerdotes tocando unas trompetas.

A lo largo del extenso territorio de la China, entre los siglos VII y IV a. C, los señores feudales construyeron murallas defensivas en sus fronteras con el fin de protegerse de los ataques de las tribus nómadas del norte. Después de la unificación de toda China, en el siglo III a. C., el primer emperador de la dinastía Qin unió los segmentos de dichas murallas, convirtiéndolas así en la Gran Muralla, que tiene una extensión de 6.700 kilómetros y ahora constituye un símbolo para China.

Concluida la II Guerra Mundial, Berlín quedó dividida en 4 partes, cada una de ellas bajo el control de las potencias vencedoras: la URSS, Francia, Reino Unido y EE. UU.; en 1949 la parte que controlaban los soviéticos quedó bajo la jurisdicción de la llamada República Democrática Alemana (RDA) y las áreas unificadas de las 3 potencias formaron la República Federal Alemana (RFA).

La Alemania Federal de inmediato empezó a prosperar, gracias al libre mercado en un clima de democracia plena. En Alemania Oriental, con una economía centralizada bajo el régimen comunista, el desempleo y la pobreza “prosperaron” aceleradamente. Esto ocasionó que cientos de miles de alemanes migraran a Berlín occidental.

Para evitar la creciente migración de los alemanes del Este, la noche del 12 de agosto de 1961 las autoridades soviéticas decidieron levantar un muro, este era un complejo sistema de control con alambradas de púas, minas, torres de vigilancia con ametralladoras; se extendía a lo largo de 155 kilómetros, constituyéndose en un obstáculo infranqueable.

El imperio soviético agonizaba, el 9 de noviembre de 1989 el “muro de la vergüenza” fue derribado, era la caída del mayor símbolo de la Guerra Fría y el fin del sistema comunista en Europa.

Ariel Sharon, primer ministro de Israel, el 16 de junio de 2002, ordenó la construcción de un muro al oeste de Cisjordania, con una longitud de 810 kilómetros. En 2003, la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución exigiendo a Israel que dejara de construir dicho muro. Los palestinos acudieron a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, que el 9 de julio de 2004 dictaminó que la construcción del muro era ilegal. Israel hizo caso omiso a la resolución de la ONU y al dictamen de la CIJ.

Donald Trump durante la campaña presentó su plan para frenar la inmigración ilegal a EE. UU. y propuso construir un muro en la frontera con México y que el costo de la construcción sería a cargo de los mexicanos; ya en el poder, Trump ha ordenado que se construya el muro.

Hay que recordar que los muros a lo largo de la historia no solo han sido una vergüenza, sino un fracaso. (O)