Generalmente se tiene la idea de que los indecisos son personas que no toman una decisión que tiene mucho que ver con sus intereses, no definen lo que quieren o les conviene; pasa el tiempo y en ocasiones pierden buenas oportunidades, por ejemplo, la compra de un inmueble, o escoger una carrera profesional, etcétera.

La indecisión es el paso más cercano a la equivocación, decían los abuelos. Cuando los hijos son jóvenes es necesario ayudarlos a decidir sin imponerles un criterio determinado a sus preferencias, sino darles una orientación sobre lo que más les podría convenir. No es fácil para una persona jovencita decidir a corta edad su futuro académico. En la época de mis hijos, a los 14 años tenían que decidir qué estudiar en el bachillerato; no siempre todos los chicos lo saben y es un problema para ellos resolverlo por sí solos. Somos los padres los que mejor conocemos a nuestros hijos, sus capacidades, fortalezas, debilidades y por ello estamos obligados a darles una guía cuando nos piden ayuda. Otras personas que también pueden asumir tal papel son los maestros, los orientadores vocacionales para encaminar a los muchachos desorientados.

En relación con el ciudadano común en edad de votar en tiempo de elecciones nacionales o seccionales, la decisión que tome es importante, pese a que las elecciones nacionales están ad portas (por realizarse el próximo domingo 19 de febrero del presente año 2017).

Preocupa la cifra de indecisos que en semanas pasadas informaron las empresas especializadas en sondeos de opinión política: era como el 50% de los votantes que no había decidido por quién votar. Cifra que con el inicio de la campaña política y de los recorridos y exposiciones o discursos de los candidatos, bajó a un 35%, que es más razonable.

Amén de otros factores que “ayudan” al ciudadano, por ejemplo, los planes de gobierno, las posibles soluciones que expresan ante los problemas de las ciudades, provincias y del país en general; la simpatía y empatía de los candidatos, y sobre todo la publicidad, muy limitada para todos y muy ampliada para uno. (O)

Sucre Calderón Calderón, abogado, avenida Samborondón