El presidente pide datos duros sobre deuda (y otros temas), para no engañar a la gente, que los estudiantes aprendan, defenderse de seudoanalistas y prensa corrupta. Tiene razón, no debemos engañar ni confundir.

Se dice que la deuda externa, 26% del PIB, es razonable. Siempre se puede discutir qué es o no razonable, pero arranquemos con datos correctos. Al menos hay que agregar los adelantos de empresas petroleras (porque, como cualquier deuda, en los contratos tienen su propia tabla de repago) y las ventas anticipadas de petróleo (porque cuando a alguien la empresa le adelanta una parte de su sueldo de los próximos meses y le cobra intereses, obviamente eso se llama deuda). Así llegamos alrededor del 29% del PIB.

Más importante: dice el presidente que la tasa de interés es menor al pasado. Por ejemplo, el interés promedio en 2006 era 7,1% y ahora es 5,9%. Por ejemplo, las emisiones de deuda en el 2000 (Bonos Brady) fueron al 12%, ahora han sido al 9,66% (máximo 10,75%). Las cifras son verdaderas, pero pongamos en perspectiva (“datos duros”) porque hay que comparar con las tasas mundiales que son los referentes. En el periodo 2000-2006 las tasas mundiales estaban entre 5% y 7%, desde entonces alrededor del 1%. Conclusión “dura”: antes las tasas ecuatorianas estaban 1% encima de las mundiales, ahora 5% encima. Y en el peor momento (Bonos Brady en 2000) se situaron 5 puntos arriba del mundo, mientras en el 2016 llegamos a casi 10 puntos encima! Así de cierto. Sería bueno que, alguna vez, en las sabatinas se hagan estas comparaciones.

Finalmente, el servicio anual de la deuda externa: antes estaba alrededor del 5% del PIB, ahora hemos bajado a un poco menos del 4%. Es cierto… pero con un “pequeño” problema: como en la deuda no se incluye todo lo que debemos, en el servicio anual tampoco aparece todo. Si hacemos los cálculos bien hechos (“duros”), estamos por encima del 5%… y así el servicio anual de deuda iguala o supera lo invertido en educación y salud.

Otros datos “duros”. Uno, ciertamente pagamos 1.000 millones a OXY, pero no se dice que en ocho años nos beneficiamos de más de 8.000 millones por haber declarado la caducidad de los contratos. Dos, ciertamente, el fiscal no es pariente directo del presidente, pero fue ministro, embajador y casi candidato del Gobierno, por ende tiene mucha cercanía. Tres, ciertamente, el Gobierno fue muy duro con Odebrecht al expulsarla, pero luego fue sorprendentemente “blando” cuando le reabrió las puertas y dio contratos excesivos (ejemplo, 300 millones para mover tierras en la Refinería) por cerca de 1.500 millones (sin incluir el Metro). Cuatro, cierto que una importante empresa minera canadiense-sueca, Lundin, ha firmado un contrato, y eso es bueno, pero nada se dice de que reemplazaron a otra empresa canadiense, Kinross, que se fue en parte por cargas impositivas excesivas, y ahora se rectificaron esas cargas para que entrara la nueva empresa, pero mientras tanto perdimos 5 años en minería… ¡Cuando se piden datos duros, sería bueno que el propio Gobierno también los comparta! (O)