No todos ganan bien. Hay casas de $ 30.000 para uniformados de verde, defensores de nuestra territorialidad.

¿Y para todos los civiles que hacen guardias en las instituciones del Estado donde estuvimos profesores sin nada que cobrar extras, esperando la jubilación que nunca representó nuestro desvelo, preparación para haber dictado clases, sacado plata de nuestros sueldos para haber hecho alguna capacitación, entregar lo mejor de nosotros a nuestros alumnos? Los otros, hasta fueron al extranjero a capacitarse, y en un fracaso en la defensa de nuestra territorialidad, firmado en acta el cese el fuego, unas veces perdiendo terreno; los premiaban. ¿Y los profesores?, tenemos que financiar nuestras viviendas si es que nos alcanza el sueldo y a duras penas son casi covachas. A esto lo llamo ironía de la vida. (O)

Jaime Elías Villacís Ramírez, profesor jubilado, Guayaquil