La década ganada, según el presidente, nos deja un país de “maravillas”, con mínimo índice de desempleo, sistemas educativos avanzados, carreteras, puentes, ley de “comunicación”, explotación de recursos sin afectación al medio ambiente, corrupción aislada de antiguos funcionarios de Petroecuador y el caso Odebrecht, sin persecuciones políticas; con total respeto a la Constitución de Montecristi, salvo algunas enmiendas, sin tocarle el bolsillo al pueblo (salvo la Ley de Plusvalía, herencias, el 40% de los aportes del IESS), a maestros; créditos del IESS, Ley de Minerías, cocinas de inducción, refinería en El Aromo; y mucho más, en esta ficción.

Pero falta algo: esta es la década del despilfarro y resurgimiento del narcotráfico con cifras escalofriantes. Pregúntense ¿cuál era el monto en toneladas que se incautaba antes con la base de Manta, y la astronómica cifra que se incauta en esta década ganada?; y ¿cuántos cabecillas de esas bandas están presos y juzgados’. ¿Alguien puede decirlo?, si así es la década ganada, qué sería si fuera la década perdida. Qué pena por mi país y por parecernos, en parte, a Venezuela donde tampoco hay democracia.(O)

John Roberto Brown Rodríguez, arquitecto, Guayaquil