Durante los primeros siete años de la revolución ciudadana en el poder, la única ancla, la grúa remolcadora de todas las victorias electorales de Alianza PAIS ha sido Rafael Correa.

Votos más, votos menos, es incuestionable que el gran motor electoral del partido de Gobierno ha sido Rafael Correa.

En 2014, esa grúa ya mandó señales de desgaste. En las elecciones seccionales, si bien es cierto remolcó una vez más a sus candidatos, el partido de Gobierno perdió el control de ciudades estratégicas que habían estado bajo la tutela del correísmo desde sus inicios, con Quito a la cabeza, y recibió una derrota más en la inexpugnable Guayaquil, representando un importante revés para la, hasta ese momento, galopante revolución ciudadana.

Es que no había manera de excluirlo de la derrota electoral del 2014, especialmente en Quito, en donde volcó en persona todo su contingente durante las últimas semanas de campaña. Es más, algunos analistas políticos sostienen que esa intromisión en la campaña del candidato a la reelección, Augusto Barrera, lejos de ayudarlo, precipitó su caída y el crecimiento de Mauricio Rodas, quien habría ganado la Alcaldía, más que por méritos propios, por representar la opción de cambio frente al continuismo revolucionario.

Hago esta reflexión porque me llama mucho la atención que estando prácticamente a un mes de la primera vuelta electoral, en la que los principales líderes de la revolución ciudadana se juegan no solo su permanencia en el poder, sino además su futuro en los años venideros, dado el ambiente hostil que les esperaría de ganar la Presidencia un candidato o candidata de oposición, o incluso, aun ganando Lenin Moreno, si la mayoría de la Asamblea Nacional fuere captada por la oposición, el presidente emprenda un largo viaje por una serie de eventos no trascendentales, como sí lo es la elección de febrero, que lo mantendrán alejado del candente ambiente de campaña y sin poder apuntalar a sus candidatos.

¿No le parece extraño, amigo lector, que el máximo líder de la revolución ciudadana, el caudillo de Alianza PAIS, único imán de votos de los últimos diez años, se ausente del país justo cuando las papas queman y cuando su partido y sus candidatos necesitan más de su apoyo en todo sentido?

¿Será acaso que esa división que en corredores se ha rumorado entre el candidato a la Presidencia y el presidente es real?

¿Será que por estrategia han decidido alejar al presidente de la campaña?

¿Cuál es el motivo de esa estrategia?

¿Será que perdió la magia con el electorado?

¿Será que los números no están muy buenos y quiere deslindar responsabilidad en el evento de un revés electoral?

¿Será que la lección de la derrota electoral del 2014 ha sido aprendida y por ello han decidido alejarlo de la campaña en este último tramo?

¿Será que de verdad piensan que Correa, a estas alturas, resta más que suma a la candidatura de Lenin?

Yo opino lo contrario. El principio y fin de este proyecto político se llama Rafael Correa, y la gran mayoría de los votos que obtenga Alianza PAIS tendrán su nombre y apellido. Las victorias y derrotas también. (O)