Un alimento sintético es un producto elaborado artificialmente. Requieren, en algunos casos, tratamiento térmico, pudiendo producir cambios organolépticos, nutricionales y toxicológicos debido a reacciones en el proceso de elaboración que los mantienen por largos periodos en su vida útil. Con la era de la innovación tecnológica, personas inescrupulosas están produciendo alimentos sintéticos que dañan la salud, cuya finalidad es abaratar costo y obtener mayores beneficios.

Empresas fraudulentas internacionales están elaborando productos adulterados que han alarmado a nivel mundial con alimentos sintéticos dañinos, tal como ocurrió en el año 2004, al producir una fórmula para bebé con tiza que provocó que las cabezas de los niños se hincharan y el resto del cuerpo se deteriorara, lo que llevó a la muerte a decenas de niños en Fuyang. Fideos falsos compuestos con una tinta industrial para darles el color púrpura incluida cera de parafina se produjeron en la ciudad de Zhongshan. Enormes cantidades de arroz falso llamado también arroz plástico, que produce problemas gastrointestinales, es hecho a partir de patatas combinadas con una resina sintética, la diferencia del arroz normal es que no se vuelve blando después de hervirlo. En el año 2012 en la ciudad de Zhengzhou se encontraron nueces con piezas de cemento en su interior. Producción de huevos falsos elaborados con ácido algínico, potasio alum, gelatina, cloruro de calcio, agua y color artificial están hechos con carbonato de calcio, esto puede causar pérdida de la memoria e incluso demencia.

Lo alarmante de esta tecnología fraudulenta es que estos productos se promocionan mediante publicidad por internet. Algunos alimentos procesados están compuestos por conservadores, colorantes artificiales y saborizantes. One Green Planet destaca ocho ingredientes nocivos para la salud, siendo estos los edulcorantes artificiales como el aspartame, acesulfame de potasio, sucralosa y sacarina que alteran el microbioma intestinal.

Las grasas trans y los aceites vegetales hidrogenados son relacionados con las enfermedades cardiovasculares. Los sabores artificiales hechos con secreciones de castores que se utilizan en postres y goma de mascar producen enfermedades neurológicas. El MSG o Glutamato Monosódico lo relacionan con la obesidad. A los colorantes artificiales que proviene del alquitrán de hulla los vinculan actualmente con problemas de conducta en los niños, tipos de alergia e incluso cáncer. El jarabe de maíz de alta fructuosa causa disfunción metabólica, igual que el etanol, afectando el hígado. Conservadores que se utilizan para alargar la vida útil de los alimentos, como el Benzoato de sodio, nitritos y nitratos u otros afectan el organismo y pueden provocar la muerte en la persona.

Actualmente, los alimentos genéticamente modificados llamados transgénicos tienen restricciones en más de 60 países en el mundo, incluyendo Australia, Japón y todos los países de la Unión Europea, tanto en su producción como en su comercialización. El peligro de estos alimentos radica en que tienen sustancias extrañas que afectan al organismo, lo que ha sido demostrado por pruebas en animales de laboratorio.

Se debe concienciar a la población de nuestro país para incluir alimentos frescos y naturales en su dieta alimenticia, y así evitar el desarrollo de enfermedades genéticas, degenerativas o/y obstructivas como la obesidad, diabetes, cáncer, cardiovasculares, neurológicas u otras patologías que relacionan su aparición con estos productos artificiales o sintéticos cuya preocupación sanitaria está alarmando a nivel mundial. (O)