¡Hasta cuándo hay que soportar el escándalo, ruido, bulla o como se quiera llamar a la música a alto volumen, borracheras, alboroto!, deben tomar medidas serias.

En todos los barrios de la ciudad uno se da cuenta de la falta de respeto de personas escandalosas en tiendas, restaurantes, talleres mecánicos, panaderías, farmacias, gimnasios; de vendedores de discos piratas; de choferes de autos, motos, y en casas la gente saca parlantes para ocasionar sonidos nada agradables para personas que buscamos tranquilidad. El problema surge cuando por nada importante ocasionan escándalo, o solo porque les da ganas de poner música en alto volumen, tomar bebidas alcohólicas con amigos a cualquier hora y día; basta de seguir permitiendo abusos. Debe haber multas y cárcel, prohibir que la gente tome en las calles o fuera de sus casas. Discotecas y bares fueron hechos para ese propósito.(O)

Héctor Emilio Cevallos Aguilar,
Guayaquil