Los diversos espacios publicitarios del Gobierno, desde la sabatina hasta las cadenas tan frecuentes, son una buena oportunidad para entender su visión de la sociedad y de los avances de la economía.

Corrupción. Se requiere sanción social. “Si uno ve que el vecino se ha enriquecido de manera sospechosa, no hay que aceptar la invitación a la fiesta de quince años de la hija” (cito de memoria). Así es, la sanción social debe ser tan fuerte como la legal. En el Ecuador no lo hacemos, porque no damos suficiente importancia a la corrupción, pero sobre todo, porque la gente espera que “algún rato le toque” y en ese momento espera igual ser perdonada. Además piensa “si los otros lo hacen, ¿por qué no yo?”. Solo me queda una duda: ¿cuándo el Gobierno aplica esta filosofía?, ¿cuántos dejaron de ir, por ejemplo, al matrimonio del señor Bravo?, ¿cuántos han dejado a los amigos de a yacht y otras bellezas?

Sociedad. “No es sana la cultura de la queja y echar la culpa”. Así es, es una cultura muy latinoamericana, desde Galeano con su libro Las venas abiertas de América Latina hasta Maradona, pasando por tantos otros. Y lo vemos con muchos amigos en la vida diaria. Solo tengo una duda: ¿cuándo el Gobierno ha rechazado esta visión? Me da la impresión de oír desde hace diez años esa misma canción de que otros son culpables: la dolarización, los capitalistas, el imperio, la larga noche neoliberal, etcétera.

Economía. “El ajuste macroeconómico ya está hecho, no se requiere nada más”. ¡Qué extraño. Voy al Boletín del Banco Central y veo el déficit del sector público en su conjunto: en los tres primeros trimestres del 2015 el déficit fue 0,5% del PIB, en 2016 llega a 3%! Y si antes cerramos en 6% (sin el IESS), ahora cerraremos al menos en el 7% (por eso tanta deuda si no…). La misma tendencia marcan las cifras del Gobierno Central. ¿Eso es haber puesto la casa en orden? Por favor… Queda un enorme hueco por arreglar en el futuro. No se deja ninguna economía ni estable, ni en orden ni creciendo. Se deja una economía mala, menos mala de lo que podría estar, a punta de deuda y raspar la olla, es decir, a punta de engañarnos… A propósito, el Gobierno también repite mucho que ahora no hay paquetazos cada enero: ajustes de tarifas, gasolina, etcétera. No nos engañemos, eso solo tiene un nombre y apellido: dolarización. Como todo está en dólares y baja inflación, no se necesita ajuste. Nada tiene que ver con el Gobierno.

“Camisetazos”. Hace diez años se decidió no cobrar los parques nacionales y espacios públicos. “Eso era lo justo, porque los cobros solo tenían sentido en el pasado nefasto”. Se le dijo al Gobierno que cobrar aunque sea poco o mecanismos similares era lo sano, porque la gratuidad como principio general no es buena. Han cambiado. Ahora se va a cobrar voluntariamente. ¿Por qué les cuesta tanto oír consejos sanos, aunque al final hacen lo mismo con años de atraso? (O)