Hace algunos días, el candidato presidencial Lenin Moreno tuvo una reunión con el economista coreano Ha-Joon Chang, quien a sus 53 años es considerado uno de los economistas más influyentes del mundo (la cadena BBC se refiere a él como “una estrella de la economía”). En la actualidad, Chang trabaja como profesor en la prestigiosa universidad de Cambridge, siendo también autor de varios reconocidos libros, tales como 23 cosas que no nos dicen acerca del capitalismo, Retirar la escalera: la estrategia del desarrollo en perspectiva histórica, Malos samaritanos, Economía para el 99% de la población, así como múltiples artículos y discursos que respaldan la fama creciente del economista coreano.

Chang, quien es crítico de la globalización, es muy claro al hablar del éxito de desarrollo económico de su país natal, Corea, en los últimos 60 años. Parte del pensamiento heterodoxo de Chang hace mención del papel activo y central que deben mantener los gobiernos en el proceso de transformación económica, argumentando que “los países no deberían aceptar acríticamente el paradigma dominante de libre mercado, sino que deberían explorar diferentes teorías económicas para encontrar las políticas que les calce mejor”. La aplicación de políticas activas para lograr el crecimiento y el desarrollo en contraposición al libre mercado es, por lo tanto, uno de los pilares del ideario de Chang, quien está convencido de que se necesita un Estado “grande y eficaz”, repitiendo una frase que aparece en sus publicaciones: “Lo que uno debe hacer depende en gran medida de lo que uno quiere hacer”.

El proceso político y económico experimentado por el Ecuador en las últimas décadas no es extraño para Chang, no solo debido a que Rafael Correa lo ha mencionado como referente en varias ocasiones, sino porque a su vez Chang ensalza el hecho de que Ecuador se haya alejado en los últimos años de las políticas neoliberales. El punto es que más allá de la teoría y del ensayo, Chang es contrario a la utilización del dólar en la política monetaria de nuestro país, habiendo expresado en varias entrevistas que cree que el dólar debe ser abandonado; hace pocos meses, volvió a referirse sobre el tema en la entrevista en la cadena BBC argumentando que el abandono del dólar debe estar “muy bien planificado” y que “este no es el momento para hacerlo, porque la economía está cayendo, hay limitaciones financieras, se debió haber hecho durante la bonanza”. En todo caso, debe mencionarse el hecho de que para el famoso economista coreano el mantenimiento del dólar es un obstáculo para un control positivo de la política monetaria de un país a largo plazo.

En ese contexto, resulta natural que luego de la reunión sostenida entre el candidato presidencial y el economista coreano se incrementen las dudas respecto de la vigencia de la dolarización, toda vez que más allá de los reiterados anuncios de que no es el momento para hacerlo, existiría la convicción profunda de que la divisa estadounidense debe dejar de ser utilizada por nuestro país; en otras palabras, ¿apenas se presente la oportunidad, se debería poner en vigencia la moneda nacional? No se trata de alarmar de forma innecesaria, sino básicamente de plantear escenarios por ahora improbables, pero que en todo caso no deberían sorprender si llegasen a ocurrir. (O)