Con la aplicación del nuevo Código Orgánico General de Procesos que entró en vigencia el 25 de mayo de 2016, ejercer la profesión para un abogado en el libre ejercicio se ha convertido en toda una odisea.

Esta “película” comienza al momento de presentar la demanda, tiene que cruzar los dedos para ver si se ha hecho lo correcto porque muchas veces funcionarios encargados ni leen el texto, solo mandan a completarlo; el afán –entiendo– es ganar tiempo, igual es que se “descuadra” y, claro, al abogado le dicen que –aparentemente– todo está “despachado”. Si logramos pasar este paso, caemos en el territorio del Correo del Ecuador, ente encargado de ejecutar la citación; resulta que demora hasta 4 meses en poner una razón de la imposibilidad de realizar la citación. Me ha tocado vivirlo, ponen que no se ha podido realizar la citación porque el demandado ya se ha cambiado; por citar un caso, y hay que demostrarles hasta con fotos el sitio y que allí todavía vive. ¡Qué manera de hacer perder el tiempo! Peor ha sido depender del Correo del Ecuador, antes al menos se podía coordinar con los citadores. No se puede hablar con nadie (jueces, secretarios...), para expresar el descontento. Existen coordinadores de unidad ultrainalcanzables, con quienes hay que separar cita y las colas para intentar que atiendan al abogado y al usuario desalientan. Pedir un proceso al Archivo es otra hazaña, se pierde una mañana para ver si le traen el proceso y finalmente para que le digan que está en el despacho del juez, por decir algo. Con un desglose de documento se demoran como cuatro meses para decir que las copias no valen. A veces jueces mandan sacar copias para las citaciones, sacamos las copias pero se quedan en la carpeta y el personal de Archivo dice que subirá donde el juez; pasan los días y nada se hace, uno realiza el requerimiento en la página web o por ventanillas y nada pasa hasta que después mandan a nuestra casilla la información de que ese proceso pasó los 72 días; y lo mandan al archivo. ¿Cómo avanza así nuestro Ecuador?, quizás la intención fue buena, pero en la práctica este sistema estaría lejos de conseguir el fin deseado. (O)

Humberto Echeverría Matamoros,
Abogado, Guayaquil