En la época navideña y hasta la bajada de Reyes, el 6 de enero, en iglesias, planteles educativos, clubes, parques y plazas se entonan con gran entusiasmo los llamados villancicos, que son composiciones musicales de carácter religioso y popular, cuyo origen es español, pero que prendió en los países latinoamericanos.

En nuestro país existen varios villancicos que son hermosas creaciones literarias y musicales.

Y entre los más escuchados están los del famoso músico lojano Salvador Bustamante Celi, destacándose el titulado Dulce Jesús mío.

Cuenta la historia que en 1910 Salvador Celi tuvo que abandonar Lima, ciudad donde fue a estudiar y a laborar como artista, por un conflicto limítrofe con nuestro país y se instaló en Guayaquil, donde se hizo conocer como gran músico y compositor de temas religiosos, tocando en la iglesia San Francisco y en la Catedral San Pedro, acompañado del órgano que manejaba con gran maestría.

Otros títulos que son de su autoría son los villancicos Claveles y rosas, Entre paja y el heno, Lindo Niño.

Aparte, creó los acordes musicales para diversos poemas, que los convirtió de esta manera en hermosos y cadenciosos pasillos, así como yaravíes y canciones cívicas y escolares.

El conservatorio de su natal Loja lleva su ilustre nombre. (O)

José Gorotiza Véliz,
Periodista, Guayaquil