Es una violencia que sufren las mujeres en la que pasan por algunas facetas desde discriminación, agresión física, verbal, burla y menosprecio, a tal extremo que inclusive puede llegar hasta el asesinato. Esto se debe a las desigualdades de género y constitución física. Por tal motivo, las Naciones Unidas lo consideraron como una pandemia a nivel mundial debido algunas veces a problemas psicosociales, creencias religiosas o políticas impuestas por el sexo masculino; por eso, en el año 1994 aprobó la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer. Casi el 35% de los maltratos a mujeres son por violencia intrafamiliar, sea este físico, sexual o psicológico. Nacer niña es uno de los factores con mayor riesgo en el mundo; una de cada diez ha sufrido algún tipo de relación forzada, más de 700 millones de ellas han sido obligadas a casarse siendo menores de edad. Los crímenes contra las féminas son alarmantes, son asesinadas dos mujeres por cada hombre asesinado. Otra violencia contra la mujer es la discriminación y desigualdad a nivel laboral, social como personal. Si una mujer ha tenido varias parejas se la considera depredadora sexual, pero si un hombre lo hace se lo considera supermacho inclusive si este estuviera casado. Pero esta desigualdad viene desde la antigüedad, quienes hicieron las leyes y las normativas religiosas fueron los hombres; a la mujer siempre se la consideró como ente reproductivo y de propiedad del hombre, teniendo obediencia y sumisión tanto al padre como al marido. El pater-familia tenía derecho sobre sus hijos y familia, podían venderlas y regalarlas inclusive a sus enemigos, en cambio, los hijos varones eran los que adquirían atribuciones dentro de la familia una vez que moría su antecesor.

Hoy muchos países han incluido en sus leyes y normativas combatir la violencia contra las mujeres, promueven campañas para sensibilizar a la sociedad que el efecto negativo no solo va contra las mujeres, sino también hacia los hombres ya que ellos nacen y son criados por una mujer. La violencia contra las mujeres por parte de su pareja o expareja es parte de una conducta desviada de ciertos individuos cuyo historial personal traumático o perturbador sea por causas psicológicas o de consumo de alcohol o drogas lo transforman en el otro yo violento y agresivo que piensa en castigar ya sea verbal o físicamente a su conviviente, muchas veces se arrepienten, pero sus actos violentos ya dejaron una huella imborrable en la mujer. Este acto de violencia en el hombre es un fenómeno cultural y social, está en los estratos sociales bajos, medios y altos, en políticos, gobernantes, empresarios, profesionales, obreros donde la vulnerabilidad de la mujer se asienta cada día más. Es importante que los medios de comunicación programen charlas educativas para fomentar la comunicación entre las parejas, que las autoridades hagan cumplir las leyes de protección a la mujer, mantener una línea de emergencia de 24 horas para la intervención rápida en sus viviendas. Construir zonas de refugio para ellas y sus hijos con apoyo psicológico y ayuda jurídica gratuita, para que comprendan sus derechos y opciones. Obligar la igualdad laboral en lo económico, garantizar un sistema educativo equitativo de derechos y deberes, solo así se pondrá fin a este maltrato a la mujer. Está en nuestras manos. No más violencia contra las mujeres. Amnistía Internacional. (O)