Me preocupa ver el cambio del río Guayas, compararlo el que conocí en mi niñez cuando mi padre me traía de Milagro, lugar de mi residencia. La travesía se hacía en gabarra, disfrutaba la majestuosidad del agua y en el trayecto recreaba mi vista al observar buques de gran calado acoderados en los muelles, que eran el medio de transporte de pasajeros y de carga. Es hora de recuperar el río Guayas, es parte de la identidad de la ciudad y centro turístico del Ecuador, ya que en el Guayas se mezclan las aguas de dos importantes ríos, el Daule y el Babahoyo. En una oportunidad me dirigí a la autoridad y en forma de súplica le pedí que lo auxiliara. No se ha hecho nada, al contrario, cuando se cruza el puente a ciertas horas se ve que la tierra le está ganando la batalla. Me dirijo al alcalde de la ciudad de Guayaquil, al abogado Jaime Nebot Saadi, que se ha ganado un puesto en la historia porque sin dudas la regeneración urbana es un mérito suyo, que acuda al rescate de la ría.(O)

Colón Vicente Quiroz Ferruzola, Guayaquil