Tiaguinho o Tiaguinha da Rocha no solo preguntará en algunos años, ¿dónde está papá?, sino ¿por qué tenía que ser mi papá una de las 75 víctimas del avión de LaMia que se estrelló en Colombia? El bebé está en camino. La reacción del delantero del Chapecoense al enterarse de la noticia conmociona y emociona, es tan especial como triste, quedó registrada para la eternidad.

El futbolista recibió a la distancia de su hogar una de las correspondencias que más ilusiona a un ser humano en condición de normalidad. “Vas a ser papá” decía la nota. Al puro estilo de la celebración del mejor gol de su vida, salta de felicidad, grita, abraza a sus compañeros, cómplices de la sorpresa de su esposa.

Con esa buena nueva tomó el vuelo que lo llevaría a un país hermano donde intentaría con su equipo hacer historia en la final de la Copa Sudamericana. En el aire y entre nubes me imagino a Tiago da Rocha tocando el cielo con las manos, planeando la forma de festejo luego de los goles que anotaría. Al ver el balón rebotando en la red del arco contrario, iría a emprender una veloz carrera poniéndose el pulgar en la boca, dedicándole el gol a su futuro heredero, informándole al mundo que sería padre.

Visualizo a su esposa, Graziele, de 18 años, frente a un televisor festejando con familia y amigos el logro del primer título internacional del equipo en donde brillaba su marido.

La joven pareja estaba a dos semanas de festejar su primer aniversario de matrimonio, todavía estaban flotando en amor, y a su novata relación se le otorgó un premio. Ella, no tuvo la oportunidad de decírselo en persona, ni de recibir ese abrazo y profundo beso de gratitud porque le daría un hijo. Todas las expectativas cayeron en ese vuelo, hoy es una viuda, y otorgará la luz de vida a una personita sin la presencia indispensable de su compañero de procreación.

El accidente deja a niños sin ver a sus padres, hermanos sin cómplice, esposas y novias con el alma rota y padres doloridos saltándose el curso normal de la vida, al enterrar ellos primero a sus hijos. La muerte separa cuerpos pero no corazones. Como si presintiera algo, Cléber Santana, el capitán del Chapecoense, dejó un emotivo mensaje de amor en su cuenta de Instagram antes de despegar: “En cuantas vidas viva, en todas te amaré”.

Tripulación, periodistas y demás jugadores hacen parte de las más de 70 historias que se recordarán con desconsuelo. Quedan cientos de partidos truncados, anotaciones de gol interrumpidas, narraciones eufóricas suspendidas, y algarabías de una hinchada frustrada en un país que vive por y para el fútbol.

Volviendo a Tiago, cuyo nombre significa “Dios nos dará recompensa”, no completó ni la tercera parte de los años que nos llevan a la vejez, pero la vida le brindó en las últimas horas alegría tras conocer sobre una nueva vida que vendrá en un nuevo ser, al que la recompensa de la ausencia le llegará. ¿Será varón? ¿Será mujer?, solo se conocerán mutuamente en sueños. (O)