Ser honesto debe ser principio y práctica ética desde el ejercicio del poder y desde cualquier espacio ciudadano.

La frase para nada acertada de Macarena Valarezo “me da terror que vuelva otro muerto de hambre a la Presidencia”, también manipulada por quienes la cuestionan, para darle el sentido de que quiso decir que solo deberían acceder al poder quienes tienen fortuna, obliga a referirse a aquello de la honestidad.

¿De dónde pecata mea…?
Viejo refrán: “Sacristán que vende ceras y no tiene cerería,  de dónde pecata mea, si no es de la sacristía”.

Es aplicable a quien se aprovecha de una posición para hacer riqueza. Puede haber sido rico antes y la ambición siempre será creciente, puede haber sido “chiro” y pasa a mejor vida.

¿Cuándo se descubre la ilicitud de los del poder? Depende mucho de que no haya acumulación de poder que anule la gestión independiente de los espacios de control y de las instancias de la justicia.

El empresario Marcelo Odebrecht, principal de la empresa constructora mayor contratista de Brasil –dentro y fuera de ese país– llegó a un acuerdo con los investigadores del caso Lava Jato para delatar a los funcionarios y políticos con los que negoció pagos multimillonarios irregulares. Su frase: “En la caja de Odebrecht no había distinción partidaria ni ideológica”.

Los principales actores políticos de ese país, incluyendo al Partido de los Trabajadores (PT), de Lula, recibieron beneficios de esa empresa, también el actual presidente Michel Temer que en su momento fue vicepresidente en fórmula con Dilma del PT, la presidenta separada del poder.

Odebrecht fue expulsada del Ecuador el año 2008, acusada de varios ilícitos, y de la mano de Lula retornó al Ecuador el año 2010, con multiplicación de contratos.

¿Sinceridad en denuncias e investigaciones contra la corrupción desde el poder?
A veces parecen actos de show, en otros se habla de mal reparto, o que se denuncia solo a quienes son “come-solitos”, o que siempre es conveniente que haya “chivos expiatorios”.

Casos del Ecuador los analizaré en siguientes columnas.

En China continental con gobiernos comunistas desde octubre de 1949, parece extraño que haya inmensas fortunas. Días atrás se catapultó un reality televisivo titulado ‘Siempre en el camino’, estrenado el 17 de octubre del 2016, a una semana de la reunión de la sexta sesión plenaria del XVIII Comité Central del Partido Comunista de China (del 24 al 27 de octubre del 2016), su más alto órgano de gobierno, reality pasado en ocho capítulos.

El presidente chino Xi Jinping al anunciarlo señaló que en el 2015 se sancionó a más de trescientos treinta y seis mil altos funcionarios de entidades y empresas de ese país de régimen comunista. ¡Qué gentío! ¿Habrá casos de contratistas en el Ecuador?

Los escogidos fueron presentados en la televisión, lloraron ante decenas de millones de televidentes, en hora estelar, confesando sus “fechorías” y “despilfarros”, hablaron de casas de lujo y aun de aviones privados, a más de otras comodidades. Y en país comunista.

Eso sí, fuera de la tacha de los medios estatales está prohibido acusar la corrupción pública en protección de nombres y familias, por ejemplo se censuran comentarios en las cuentas del Twitter chino.

En el Ecuador hay la prohibición de escribir los apellidos, pero aún no se obliga silenciar los mensajes en Twitter, como en China.

¿Deberá creerse en la sinceridad de ese reality televisivo? ¿O se produjo por la proximidad del Comité Central del Partido? ¿Será purga de los caídos en desgracia?

De abolengos y complejos
Claro que hay quienes quieren mirar a ciudadanos de otros sectores sociales y económicos con actitudes de distancia, pero también hay acomplejados y resentidos sociales.

Se menciona a Eloy Alfaro como ejemplo a siempre seguir.

La proclama del 5 de junio de 1895, inicio del liberalismo en el poder, no fue un levantamiento proletario, sino liberal-burgués dentro del cual se invitó a Alfaro, el gran luchador de años por la Patria, a venir a Guayaquil y asumir la Jefatura Suprema.

Y cuando Alfaro, en enero de 1906, desconoce al gobierno de Lizardo García y se levanta en armas, la burguesía de esta ciudad también lo respalda, en el entorno de las diferencias entre esta y sectores de la serranía, alineados con Leonidas Plaza. Tanto es así que cuando a Alfaro se lo proclama ese año jefe supremo, la burguesía de Guayaquil lo homenajeó el 6 de marzo de 1906 en el Club de la Unión. El testimonio gráfico está en la biblioteca del Club mencionado.

Por sus orígenes y entornos, Alfaro nunca tuvo fortuna económica, pero tampoco fue odiador ni acomplejado.

Los candidatos para el 2017
A todos los conozco. Hoy mencionaré a los guayaquileños nominados para presidente.

A Guillermo Lasso lo conozco –con sus padres y hermanos– desde el Barrio Orellana cuando yo era colegial y él era un niño, nada de familia burgués-acomodada, como alguien lo dijo días atrás. Luego fui amigo de sus hermanas y hermanos mayores. Siempre tenaz, prefirió trabajar antes que estudiar. El gobierno que lo persigue, fuera de la tacha de banquero –el Guayaquil está calificado AAA en junio del 2016– no le ha evidenciado acto alguno de corrupción.

Cynthia Viteri, política y abogada, valiente e impulsiva, lo último siempre debe estar acompañado de reflexión. Su madre, Leonor Jiménez, abogada y jueza proba, víctima del Gobierno por la militancia de su hija.

Dalo Bucaram Pulley, con ganas de hacer política diferente, con personalidad propia. Lo veremos en las próximas semanas.

Habrá citas y reflexiones en columnas siguientes, sobre todos los candidatos.

Y en esto de auspiciar sucesores, ¿qué?
Episodios algunos. Mencionaré dos en el Ecuador.

Alfaro, con Leonidas Plaza Gutiérrez. Era su segundo en la Revolución Liberal. Desde la primera presidencia a la que lo llevó Alfaro el año 1900, tomó distancia de Alfaro, que lo acusó de pactar con los conservadores. En enero de 1912, Plaza tuvo el control militar del Ecuador y dio la orden de llevar a Alfaro a Quito, direccionando las decisiones que permitieron que la turba asesine a Alfaro y a sus compañeros en el panóptico, el 28 de enero de 1912, y lo arrastre a la hoguera bárbara en el Ejido.

Velasco Ibarra, en el año 1956, enfrentó a Raúl Clemente Huerta y al Frente Democrático: “O el Frente me tritura a mí, o yo trituro al Frente”. Auspició a Camilo Ponce Enríquez. Pocas semanas después de su posesión, Ponce exclamó que había creído ser elegido presidente de la República y no “….síndico de una quiebra” como dijo estaba resultando. Velasco con los años se reencontró con opositores de sus pasadas décadas políticas, pero nunca se amistó nuevamente con el doctor Ponce.

(O)

 

¿Cuándo se descubre la ilicitud de los del poder? Depende mucho de que no haya acumulación de poder que anule la gestión independiente de los espacios de control y de las instancias de la justicia.