El cuerpo humano necesita de ambas manos para poder tener desempeño óptimo en sus actividades, y la política no puede estar exenta de esta realidad. Pues sí, con el venir de las nuevas elecciones presidenciales en nuestro país, muchos hablan de una u otra tendencia y a la hora de decidir por un candidato, terminan votando por el que más les llega a los oídos, pero la población no se fija en cuál es su tendencia.

La realidad debe ser revisar de los candidatos sus planes, antecedentes en lo público y privado y el comportamiento en la sociedad, para con este análisis escoger al mejor. Todos estamos de acuerdo en querer menos delincuencia, menos prostitución, menos coimas, etcétera; pero para eliminar o disminuir estos males, el país debe contar con recursos provenientes de la población, vía impuestos, o de ingresos directos del Estado. Para esto es necesario conocer qué planifican los candidatos para mejorar los ingresos del país. Ningún gobierno podrá atacar estos males que aquejan a la sociedad, si no cuenta con recursos suficientes en las arcas del Estado; de tal manera que es imperativo saber qué candidatos están en la línea de incrementar ingresos con la producción, qué planes tienen para obtener fondos internacionales que permitan a los emprendedores contar con líneas de crédito blandas y a muy largo plazo. La banca nacional privada no tiene estas líneas de crédito, el país solo cuenta con dos entidades estatales que dan créditos de desarrollo que no se abastecen. Desearía escuchar que se presente un plan de moratoria a los ecuatorianos que tengan capitales en paraísos fiscales, y les den la posibilidad de traer esos fondos y aportar a un fideicomiso para realizar grandes obras que se necesitan en nuestro país. Esto creará trabajo y estabilidad en la población, más producción y expansión agrícola, agroindustrial, turística, empresarial; no será necesario disminuir ni incrementar impuestos. Con los nuevos ingresos de capitales se creará una economía de escala. La población ecuatoriana es creativa, en tantos años de sobresaltos económicos sobrevive, y con estas ideas de traer inversionistas y capitales, saldríamos adelante.(O)

Ricardo Manuel Centeno Silva, ingeniero industrial, Guayaquil