En las elecciones presidenciales del 2006, la gran mayoría de ecuatorianos que votamos por Rafael Correa en segunda vuelta no llegamos a conocerlo realmente.

En mi caso, coincidí con Correa en casa de un amigo común, cortesía de Fausto Ortiz, que en esa época manejaba la agenda del candidato. Sencillo, con mucha elocuencia en sus propuestas y firmeza en defenderlas, pero nada más.

Si hubiese sabido que formaba parte de la agenda del Foro de Sao Paulo, que se declararía enemigo de la prensa independiente y que perseguiría a la crítica y a la protesta social, con seguridad yo habría anulado mi voto. Pero en fin, a lo hecho, pecho.

Comparto con usted esta vivencia, amigo lector, para reflexionar sobre la importancia de escoger bien a la candidata o candidato a quien darle su voto en las próximas elecciones.

Yo no pretendo decir en esta columna por quién votar. No quiero, no debo y no puedo.

Pero sí puedo sugerirle, desde mi experiencia y visión, ciertos parámetros para escoger a quien sintonice mejor con lo que usted quiere.

Lo primero que usted debe hacer es definir qué tipo de gobierno quiere:

1.- Uno que mantenga las políticas del correísmo sin Correa, es decir, sin gritos, ni persecución a la prensa independiente ni criminalizar la protesta.

2.- Uno radicalmente opuesto. Un giro de 180 grados, de derecha extrema que proponga un modelo de libre mercado, privatizaciones, impulso a la empresa privada y persecución desde el Ejecutivo a todo lo que huela a correísmo.

3.- Uno de transición, con modelo de economía social de mercado, que se enfoque en lo que la gente necesita: dinero en sus bolsillos para cubrir sus necesidades básicas y liberar los poderes del Estado, especialmente a la justicia, de modo que todo aquel que haya perjudicado al Estado y lesionado derechos ciudadanos sea juzgado sin odios, mediante un debido proceso.

Luego, cuando haya escogido el tipo de gobierno que usted quiere, trate de conocer más al candidato o candidata que lidera esa propuesta. Más allá de la sonrisa de campaña, los abrazos o las frases bonitas, trate de averiguar qué clase de ser humano es. Cómo se comporta con sus amigos, vecinos, familiares, empleados, compañeros, colegas.

Y, finalmente, use su intuición. Vea con detenimiento a esa candidata o candidato, a ver si lo nota natural o fingido. Si le genera conexión y confianza o no.

No hay más.

Yo por lo pronto tengo muy claro por cuál candidato no votaré. Quiero un cambio de verdad, no un cambio de color.

Hasta tanto, escuche, mire, lea, pregunte, investigue. Tómese todo el tiempo para estar seguro de que su voto esté conectado con el Ecuador que usted quiere. La importancia de su voto en las próximas elecciones lo demanda.

El Ecuador necesita democracia en paz y con libertades. Solo con ellas pueden existir progreso, seguridad jurídica y justicia social.

En febrero de 2017, el país se juega su futuro y usted, amigo lector, tiene un rol fundamental. No lo olvide.

(O)