Con gran preocupación se puede observar la acelerada destrucción a la que están sometidos los cerros de la vía a la costa, explotación que se realiza incluso durante la noche; puedo dar fe de aquellos ubicados a la altura del kilómetro 14. ¿Acaso finalmente se desea su completa destrucción?

No soy un experto en el tema, pero indudablemente la vegetación existente en los cerros constituye el hábitat de muchas aves y otras especies. Me permito sugerir que se los declare como área protegida y así preservar este pulmón de la ciudad y refugio de varios animales. Es imperativo dar cumplimiento al artículo 415 de la Constitución de la República, en cuanto indica: “... el Estado central y los gobiernos autónomos descentralizados adoptarán políticas integrales y participativas de ordenamiento territorial urbano y de uso de suelo, que permitan regular el crecimiento urbano, el manejo de la fauna urbana e incentiven el establecimiento de zonas verdes”. Sería aconsejable que las autoridades tales como Municipio de Guayaquil, Ministerio del Medio Ambiente, informen a la ciudadanía hasta cuándo van a ser explotados los cerros o si lamentablemente solo quedarán los recuerdos de estos. (O)

Francisco Javier Ricaurte Vélez, máster en Seguridad y Defensa, Guayaquil