El presidente Correa dice que entregará la posta en mayo de 2017 con un país en crecimiento económico. El desmentido involuntario ha provenido del FMI, que prevé una contracción de la economía ecuatoriana en los próximos cinco años, si no hay oportunos ajustes al gasto público.

El ministro Rivera con sus aires de sabelotodo salió a desmentir al Fondo, destacando su poca credibilidad toda vez que ha debido ajustar su escenario de decrecimiento para 2016 de -4,5% a -2,5%, esto es, que se equivocó; pero lo que obvió es que la propia proyección original del Banco Central de 0,3% tuvo que ser afinada recientemente a -1,7%.

La revisión del FMI obedeció a que Ecuador ha obtenido fuentes de financiamiento al déficit fiscal, a través de endeudamiento público tanto interno como externo. El balance de ejecución presupuestaria a agosto registra deuda por 6.857 millones de dólares, sin contabilizar la colocación de papeles del Ministerio de Finanzas con cargo a la liquidez de la Reserva Internacional por 4.000 millones de dólares.

Con semejante agujero negro en las finanzas públicas haría falta un milagro para revertir en poco tiempo la tendencia negativa, más aún sin un plan de reactivación económica que priorice el “shock de confianza” requerido por el sector empresarial.

La lectura de la situación económica se dificulta porque el Banco Central ha pasado a ser parte del Estado de propaganda, cuidando que las estadísticas no sean desfavorables a objetivos publicitarios. La percepción de opacidad está basada no solo en el desfase del calendario de publicaciones, sino en sus propias cifras que parecen atenuar la verdad.

Que es lo que se pretende, por ejemplo, con el episodio del “pícnic” protagonizado por el asambleísta alterno Rodrigo Collaguazo y la activista Carla Delgado que deja en soletas el supuesto pacifismo oficial. La justificación pueril de que se trataba de un juego lúdico y no de un entrenamiento paramilitar constituye una desfachatez insólita e impúdica.

La circunstancia agravante de la participación de instructores uniformados no admite excusa, debiendo ser objeto de investigación y sanción por parte del Ministerio de Defensa, el Ejército y la propia Fiscalía, que debe promover el encauzamiento de los acusados (si fueran de la oposición probablemente ya estarían presos).

Asimismo llama la atención que la Asamblea Nacional haya resuelto otorgar la condecoración Manuela Sáenz a la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, como si no existieran suficientes indicios de responsabilidad de lavado de dinero proveniente de la contratación pública durante doce años de régimen K. Prevalecería la solidaridad ideológica ante los escándalos de las sacas de dinero por 9 millones de dólares depositadas en un convento bonaerense y de la caja de seguridad de su hija con 4,8 millones de dólares, por no citar otros, que son vergonzantes e inexcusables. Las cenizas de la Insepulta de Paita, según el poema de Neruda, deben estar convertidas en tizones ante el agravio a su memoria de entereza y dignidad.

Pero dando por sentado que el homenaje se cumplirá, podría aprovecharse la venida de la exmandataria para retirar la estatua de bronce de su marido, que inmerecidamente adorna la sede de Unasur en la Mitad del Mundo, entregándosela de obsequio para que la lleve consigo a la Patagonia. (O)