“Prefecto Carrasco, tus vías dan asco”. La contundencia del grafiti en la pared de una vivienda de la parroquia Llacao, al norte de Cuenca, impacta por elocuente. Y es la mejor evidencia de la inconformidad por el estado de la red vial intercantonal e interparroquial en la provincia, realidad de la que no escapa la interprovincial a cargo del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, MTOP.

Es historia antigua: el reclamo por vialidad lleva cuarenta años; hoy, con 780.000 azuayos censados, la situación es peor por el estado de deterioro de la red interparroquial e intercantonal, abandonada sin vergüenza ni lástima en la última década.

Casi al inicio de su gestión tuve la oportunidad (creo que él tuvo la oportunidad) de compartir una entrevista con el prefecto del Azuay y hoy autoproclamado candidato a la Presidencia de la República. En aquella ocasión le conté de unos niños de Uzhar, a pocos kilómetros de Gualaceo, que a diario batían lodo o tragaban polvo para ir a su escuela. Ahora ese centro educativo no existe, porque fue reemplazado por una escuela del milenio, pero los niños de hoy siguen batiendo polvo y tragando polvo a diario. Es solo un ejemplo.

En marzo del 2015, el Consorcio de Juntas Parroquiales de Azuay convocó a un paro provincial para reclamar por el estado vial. La medida llevó a la declaratoria de emergencia por parte del MTOP y a la firma del Manifiesto por la Dignidad Azuaya por parte de 9 alcaldes cantonales, 19 presidentes de GAD parroquiales y otras autoridades locales. En dicho documento se dice que “la Prefectura del Azuay desde el año 2007… crea la ‘tasa solidaria’, (la) misma que no ha resuelto las necesidades de la vialidad rural en 8 años de gestión. No existe un plan vial que involucre a los alcaldes y juntas parroquiales para tratar este tema de manera integral, y la conclusión es que la Prefectura no tiene ni una sola vía expedita”.

La tasa solidaria “es un impuesto creado en el 2011 por el Gobierno Provincial que lo pagan los dueños y vehículos y que se destina para el arreglo de la vialidad rural. La recaudación anual es de USD 7 millones”. Para recaudarlo, la Prefectura dispuso que sea un requisito para la matriculación vehicular. Sin embargo, el Gobierno Provincial endosó a las juntas parroquiales la responsabilidad del mantenimiento vial. Y el resultado habla por sí solo: las vías son un asco.

Pero también cabe la pregunta ¿y la vialidad a cargo del MTOP? A saber, están paralizadas o semiparalizadas la Cuenca-Azogues-Biblián; Cuenca-Girón-Pasaje; Minas-Tablón-Pucará; Gualaceo-Plan de Milagro-Limón; Sígsig-Matanga-Gualaquiza. La paralización lleva al deterioro, así que lo hecho hasta ahora se está perdiendo.

Según se ha justificado, “la suspensión de los proyectos viales se debe en unos casos a la falta de recursos para el pago a los contratistas y en otros por incumplimientos de las empresas”.

Ya vendrán los candidatos con sus cantos de sirena a embaucar a los votantes. Y será hora de poner el reclamo en firme: más allá de la campaña, el rechazo. Para sacudir la memoria, hay que salir a dar un paseo por aquella vialidad. ¿Vialidad? ¿Cuál vialidad?

(O)