La oposición venezolana aspiraba a que lo que llamaron la “toma de Caracas” sea tan masiva que logre que el Consejo Nacional Electoral acepte realizar el referendo revocatorio del mandato del presidente Maduro, en este mismo año. Esperaban canalizar el descontento de la población que sufre por escasez de alimentos y medicina, una creciente inflación y la inseguridad de todo tipo en la que viven. Y lo lograron, ya que se calcula que salieron a las calles alrededor de un millón de personas.
Sin embargo, frente a miles de venezolanos que lo respaldaban el presidente anunció que por decreto eliminará la inmunidad parlamentaria y, por su parte, la presidenta del CNE se mantuvo en que la fecha probable para recoger el 20% de firmas que se necesitan para solicitar el referendo será a fines de octubre.
Si la revocatoria del presidente se logra después del 10 de enero, será reemplazado por el vicepresidente y habrá que esperar hasta el 2019 para derrotar al chavismo.
La oposición trata de lograr el cambio dentro de lo que las leyes permiten, pero se les cierra el camino, aumentando el sufrimiento del pueblo venezolano por una situación que ya es inocultable. Por la tranquilidad y los derechos fundamentales de los venezolanos, es deseable que los cambios necesarios se produzcan por caminos pacíficos. (O)