Debería, siendo honesto conmigo mismo, reconocer que no siempre logro llevar a la práctica lo que digo o escribo, mas trato de guardar una conciencia exacta de las fallas que cometo para luego enmendarlas. Quise compartir en Facebook una hermosísima fotografía de Frida Kahlo. Se trata de un desnudo artístico llamado Entre la vida y la muerte. Sobre los pechos de la artista descansa un gato. ¿Será una razón suficiente para que me bloqueen durante 48 horas? Una amiga mía fue del mismo modo penalizada por haber expuesto a sus contactos una foto de ella dando de lactar. En cualquier idioma se llama eso puritanismo, beatería, mojigatería, santurronería, fariseísmo, hipocresía.

Bertrand Russell  mantenía que la humanidad tiene una moral doble: una que predica y no practica, otra que practica pero no predica.  Creo que todos nosotros, en tal o cual circunstancia, infringimos leyes o reglas mientras juzgamos a quienes cometen la misma infracción: no ceder el paso a los peatones, pitar sin motivo, dar mal trato a un subalterno. condenar a quienes no comparten nuestras opiniones. Pienso que un testigo de Jehová, un evangelista, un cristiano, un musulmán, un ateo, un budista deberían poder fraternizar más allá de sus convicciones, apegándose al siempre anhelado humanismo.

El narcisismo es otro escollo. Nos gustan las alabanzas, no toleramos críticas, mas al encontrar egolatría en los demás nos permitimos la máxima severidad. La moral, más allá de toda creencia religiosa, nos recomienda amar al prójimo, se trata de un mandato universal rematado por Marco Aurelio: “Si cada uno de nosotros tratara de hacer feliz a los demás, todos seríamos felices por mutua solidaridad”. La doble moral hace que una feligresa no acepte recibir la hostia de manos de un sacerdote negro. Un presidente fallecido tronaba: “Es malo ser rico”, pero llevaba todas las prendas de las personas adineradas, desde relojes hasta ternos, pasando por calzado y vehículos de alto precio.

Un mecanismo de defensa bien conocido consiste en prestar a los demás nuestros propios defectos. El hombre en teoría es noble y sano, pero en la práctica se vuelve explosivo y dañino. Llega un momento en que considera como enemigos a todos quienes no sienten como él, no abundan en su sentido. No se puede enjuiciar a quienes nos insultan si nosotros también les faltamos el respeto. No es justo que condenemos a quienes viven lujosamente si compartimos el mismo modus vivendi.

El fariseísmo existe desde siempre. Somos capaces de lo mejor y de lo peor, nos toca escoger según la madurez de nuestra conciencia. ¿Con qué derecho podemos pedir a los demás lo que no estamos en condiciones de dar? Que sea Buda, Jesús, Confucio, Séneca, Saint Exupery, Jehová, Ganesha, Sivas, Indra, Brahma, Hanuman, Visnú, Krishna, Kali, todos merecen el más profundo respeto sean dioses o humanos ejemplares. Casi dos tercios de los británicos opinan que la religión provoca más daños que beneficios al ser humano y que los ateos tienen más valores morales que los seguidores de alguna fe, según una reciente encuesta. Quizás es tiempo de volver a la inefable cortesía. Pienso, luego soy amable. (O)