José Antonio Hidalgo*

En política comercial y diplomática, la mano izquierda debe saber lo que hace la derecha porque ambas son parte de un mismo cuerpo. Los responsables de ejecutar las políticas comercial y diplomática deben trabajar en conjunto para ir en una misma dirección y tener mayor impacto. El 18 de agosto pasado entró en vigor la supresión mutua de visado entre la República Popular China y Ecuador. Las autoridades ecuatorianas justifican la medida resaltando que serviría para atraer a turistas chinos hacia Ecuador. El año pasado, 15.000 turistas chinos llegaron al país, según estimaciones de la Embajada de Ecuador en China. Captar al creciente mercado de turistas chinos podría convertirse en un importante ingreso de divisas tomando en cuenta que, según los datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), China será en 2020 el principal mercado emisor de turistas a nivel mundial, con más de 100 desplazamientos turísticos previstos. Sin embargo, debemos tener claro que actualmente los principales destinos que visitan los chinos son sus países vecinos, como Corea, Japón y los del Sureste Asiático con Tailandia a la cabeza. En segundo lugar están Estados Unidos y los países europeos, de acuerdo con el Monitor de Viajes Internacionales de China. Latinoamérica y África aún están muy rezagados en la lista de destinos del solvente turista chino.

El antecedente más importante para tomar en cuenta ocurrió en 2008 cuando el presidente Rafael Correa aplicó la política de puertas abiertas con China. El efecto de esto fue un flujo migratorio alto de ciudadanos chinos en Ecuador, que luego sería utilizado como un punto de partida para migrar ilegalmente a diferentes países, principalmente, Estados Unidos. En tan solo 6 meses, esta política provocó que al menos 10.000 inmigrantes chinos llegaran a Ecuador y que 3 de cada 10 permanecieran en nuestro país, según la Organización Internacional para las Migraciones. En un esfuerzo por frenar esto, el mismo Gobierno chino solicitó al gobierno de Correa que restableciera nuevamente el requisito de visado ya que muchos países del continente americano se habían quejado por el aumento de la inmigración ilegal a sus países debido a la política de Ecuador, principalmente nuestros vecinos Perú y Colombia.

Dicha medida no tardó en derogarse porque se evidenció que la exención de visado había fomentado el tráfico humano, lo cual afecta las relaciones bilaterales. Por otro lado, la medida no solo debe analizarse desde la perspectiva migratoria, sino también por la repercusión, aunque sea indirecta, que podría tener en el Tratado Comercial con Europa.

Hoy en día, Ecuador no puede permitirse un problema con sus vecinos porque está negociando en conjunto con Perú y Colombia un tratado comercial con Europa; tratado que podría significar para Ecuador una gran mejora en competitividad para nuestros productos de exportación, apalancando nuestra ventaja comparativa que es la agricultura y que es de vital importancia para la alicaída economía ecuatoriana. Si los esfuerzos que hace el Ministerio de Comercio Exterior no tienen concordancia con las medidas adoptadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores, Ecuador está en un cuarto oscuro intentando abrir una puerta.

La propuesta que planteo es organizar reuniones conjuntas con nuestros vecinos para compartir información migratoria intrarregional, tal como lo hacían las embajadas europeas en China. Esto traerá como resultado un mejor control, una mayor retroalimentación entre vecinos y se tomarán decisiones que beneficien a todos. Hoy, lo que Ecuador necesita es multilateralismo.

* Director ejecutivo Cámara de Comercio Ecuatoriano-China. (O)