En seis meses vamos a las urnas: no hay todavía candidatos en firme, salvo Guillermo Lasso.

Cynthia Viteri es la precandidata del PSC ante la Unidad, y si la Unidad se mantiene, es posible que surjan otras precandidaturas.

Por AP, según la fuente a la que recurramos, Jorge Glas es fijo, para otros Lenin Moreno. Pame alienta esperanzas de que Rafael Correa se postule.

La izquierda que no está con Alianza PAIS y la centroizquierda se proponen ir unidas; barajan nombres entre los que se destacan Paco Moncayo y Enrique Ayala.

Se ventilan otros nombres, pero a la fecha ninguno de ellos se perfila con mayores posibilidades de entrar a la segunda vuelta.

Es probable que el próximo presidente salga de entre los nombrados. Al momento, y durante los próximos tres meses, todos salvo Lasso estarán enfocados en asegurar su postulación.

El 18 de noviembre se cierran las inscripciones. Durante los siguientes 90 días estarán en campaña. Si ninguno logra 40% de la votación con 10 puntos de ven taja sobre el segundo, habrá segunda vuelta. Los dos aspirantes que quedan continuarán en campaña hasta justo antes de abril 2, en que se define la Presidencia. Al ganador le quedará mes y medio para organizar el equipo que lo acompañará los siguientes cuatro años, una delicada negociación porque no será posible satisfacer las aspiraciones de todos los que trabajaron.

El 24 de mayo, el flamante presidente y su equipo se encontrarán con una gravísima situación económica que requerirá acciones urgentes.

El gobierno saliente deja un nivel de gasto público adecuado para un país que vende petróleo a USD 100 el barril, invierte esa renta y dinamiza la economía, con lo que el SRI recauda fuerte gracias al alza de impuestos y sus atribuciones fortalecidas en los últimos años.

Pero hoy vendemos por debajo de $ 40, no hay dinero para invertir, la economía está estancada, los ingresos tributarios se han desplomado. El Gobierno tapa el hueco con endeudamiento, tanto bonos en el mercado internacional como prevendiendo el petróleo, hipotecando la renta petrolera del gobierno entrante y elevando el costo de servir la deuda.

Otro problema es un elevado nivel de costos internos, que impide la recuperación de las exportaciones privadas y la producción para el mercado interno. El gobierno saliente busca proteger la producción interna de las importaciones con una salvaguardia, pero no la puede defender del contrabando. El nuevo gobierno no podrá mantener la salvaguardia.

Hasta 1998, todo gobierno saliente dejaba en soletas la economía, y todo gobierno entrante se inauguraba con un paquetazo que incluía la devaluación. Esta es la primera vez bajo dolarización que el nuevo gobierno recibirá la economía en curso insostenible, y ahora no hay cómo devaluar, por lo que el ajuste es más complejo.

El ajuste tiene que darse impajaritablemente, con aplicación inmediata. Hay que reducir el hueco presupuestario y bajar los costos internos de producción. Si las flamantes autoridades no tienen un plan de acción coherente listo a ser puesto en acción, las perspectivas no son buenas ni para el nuevo gobierno, la economía, ni los ciudadanos.

Los precandidatos, ¿se están preparando? (O)