¿Están alegres? ¿Musicales? ¡Qué bueno? Es que a los tiempos he sentido ganas de cantar. No pues un pasillo, sino ¿cómo les explico?, algo con guitarrones y trompetas, tipo mariachi. Eso: ¡un corrido! ¡Qué inteligentes que son ustedes!

Órale, mis cuates, remojen sus gaznates con un tequilazo y vámonos pa delante con este corrido de la chingada:

Venimos hoy a cantar un corrido recorrido en que vamos a contar un plagio aquí sucedido ¡ay ayayay ayayay un plagio aquí sucediiido!

(No pues aquí. Aquí le agarran a alguien en un plagio y no pasa nada. Al decir aquí me refiero a México, donde tampoco pasa nada, güey. –Pos ni modo, mi cuate, sigamos corriendo el c orrido).

Resulta que el presidente al fin de su educacióoon se despachó diligente su tesis de graduacióoon.

(–¿Y cómo se la despachó, comiéndola? –Pos copiándola, güey, sacando páginas enteras de otros libritos y diciendo que esos textitos eran suyos. ¿Vio usté qué facilito? –¿Y así se graduó de qué? –Pos de licenciado, manito).

Revela una gran sapiencia este hecho tan ejemplar que desde la presidencia pone un ejemplo a emular.

(–¿Emular viene de mula, manito? –No, güey, viene de dar ejemplo porque si el presidente Peña Nieto copió, ¿pos por qué no vamos a copiar los que todavía no somos presidentes, aunque podamos llegar a serlo si luego de matricularnos en la universidad hacemos una tesis. –¿Plagiando, manito? –¡Pos plagiando, qué más da!

Qué caso tan advertido, qué caso tan ejemplar, desde ahuritica les digo: ¡nada mejor que copiaaar!

(Échele sus trombones, manito, que la historia está muy retechula con esta cosa del plagio, que es un modelo para las futuras generaciones).

Este corrido no acaba porque otros casos así ha habido en otros países y ha habido también aquí.

(–¿Aquí en Huachinango, dice usté manito? –No, güey, aquí onde estamos cantando, en el Ecuador, a poco se me hace usté el afuereño, si nosotros somos mariachis falsetas nomás. –Pos órale, manito, vamos con las últimas estrofitas para cerrar el corrido).

Y así prosigue el corrido porque el Glas también copió y con su tesis plagiada de ingeniero se graduó (bis).

¡Ay!, ese ejemplo tan padre hay que seguir con unción: no hay que sacarse la madre estudiando con tesón si con la purita copia se logra la graduación, ¡se logra la graduacióoon!

Y aquí termina el corrido del Peña Nieto y el Glas: si no les gustó lo oído es culpa de ellos nomáaas (bis).

(–¡Viva la copia, manito! Pásese otro tequilita para alegrar este domingo que estaba triste porque teníamos que estudiar para el examen, pero ahuritica ya entendí que, como el presidente de allá y el vicepresidente de acá, lo mejor es entrarle a la copia y, pos ni modo, ¡que viva la educación, güey!

-¡Pos que viva! (O)