Después de 52 años, 220.000 muertos y 45.000 desaparecidos o desplazados, se silenciarán las armas en Colombia el próximo lunes. Así lo manifestó el presidente Juan Manuel Santos, al anunciar que la negociación, que ha durado cuatro años, ha logrado un acuerdo entre la guerrilla y el Estado colombiano. Para que sea definitivo, aún debe ser conocido y aprobado el texto del acuerdo en un plebiscito que se realizará el 2 de octubre y en el congreso interno de las FARC, que se conoce como Décima Conferencia.

Según los puntos del acuerdo, las FARC se convertirán en un movimiento político, se brindará protección a las víctimas, se trabajará en el desarrollo agrario integral, se validará el acuerdo en el plebiscito y la guerrilla se compromete a romper vínculos con el narcotráfico. Las Naciones Unidas seguirán el proceso de abandono de las armas por parte de las FARC durante 180 días.

Los latinoamericanos debemos ver con optimismo el fin de un conflicto que ha generado mucho dolor y entorpecido la vida cotidiana y el desarrollo de algunas zonas colombianas. También debemos alegrarnos y aprender de que la negociación haya sido el método para lograr la paz. (O)