La Unión Nacional de Educadores (UNE) adquirió personería jurídica en 1950, desde entonces fue suspendida una vez por la dictadura de los años 70. Ha tenido más de un desacuerdo y, a veces, verdaderos conflictos con el Ministerio de Educación y con los gobiernos.

Es cierto que hubo un período en que los frecuentes paros causaban daño a la educación de niños y jóvenes y también que hubo un tiempo en que parecían voceros de un partido político.

Estos antecedentes les crearon una imagen negativa y la sensación de que la educación no podía mejorar por causa de su activismo.

Sin embargo, y pese a todo, en una democracia, tal como lo señala el artículo 96 de la Constitución, “se reconocen todas las formas de organización, como expresión de la soberanía popular...” y, en ese sentido, se deben agotar todas las posibilidades de diálogo y acuerdos, antes de tomar decisiones que disuelvan una asociación de ciudadanos con intereses comunes, que también son expresión de la soberanía de la que habla la Constitución. (O)