Lindos resultaron los desfiles y todos los actos por las fiestas del 24 y del 25 de julio del presente año.

Y como todavía no se termina el mes alegre del guayaquileñismo, queremos seguir escuchando las retretas de las bandas, pero que no se paren los músicos en una vereda afuera de sus instituciones bien temprano, donde están solos y nadie los escucha, solo sus compañeros, porque el público o las personas van a sus trabajos o a estudiar. Deben estas bandas que tocan lindo, ir a los parques de las ciudadelas, a la salida de las iglesias y ejecutar música de la ciudad de Guayaquil y religiosa. (O)

Eduardo Salcedo O., Guayaquil