El jueves en la noche, en cadena de televisión, el presidente de la República anunció el envío a la Corte Constitucional de un pedido de consulta popular para prohibir que quienes tienen bienes o capitales de cualquier naturaleza en paraísos fiscales puedan desempeñar una dignidad de elección popular o ser servidores públicos. Instó a respaldar la propuesta a la que llamó Pacto ético.

La propuesta se debilita porque se hace cerca de elecciones, cuando han surgido precandidatos, y parece hecha con dedicatoria. Se puede argumentar que no es así, porque se da un año de plazo para que traigan su dinero y cierren sus empresas en lugares considerados paraísos fiscales, lo que implica un condicionamiento que no está en la ley con la que han considerado la posibilidad de sus candidaturas. También habría que tener en cuenta que el Estado no podría firmar contratos o aceptar inversiones de empresas extranjeras que tengan negocios en paraísos fiscales, porque sería contradictorio. Un pacto ético es importante, necesario y deseable, la propuesta debería ser planteada después de las elecciones, cuando la ciudadanía haya tenido tiempo de discutirla y proponer enmiendas a la pregunta si lo cree necesario. Además, la esencia de lo ético no está en las leyes sino en la libertad y en la conciencia de los individuos, por eso los pactos éticos, cualquiera que sea la ley, requieren el convencimiento de las partes.(O)