Algún conductor se estrelló contra el poste de cables eléctricos –unos que se veían de alta tensión– y del servicio telefónico, en la esquina de la nueva vía La Moderna, que nace en la avenida Samborondón y termina a la altura del colegio del mismo nombre (UELM), y casi lo derriba.

La CNT (Corporación Nacional de Telecomunicaciones) y la CNEL (Corporación Nacional de Electricidad CNEL EP) actuaron de inmediato y sustituyeron el poste seriamente afectado por uno nuevo. Estas entidades, asimismo, y con mucha técnica, reinstalaron los cables que topaban el suelo.

Para poder realizar el trabajo que estoy mencionando, procedieron a cerrar la vía sin aviso previo por la emergencia; mas se creó un caos vehicular tremendo, los conductores hacían sonar los pitos de sus carros, querían avanzar pero no podían.

Era día sábado y además el Municipio de Samborondón asfaltaba la vía de salida de la avenida Samborondón que facilita el acceso al puente conocido como de la Unidad Nacional.

El caos de tránsito fue total. Desde la altura de una parrillada a la Terminal Terrestre me tomó cuarenta y cinco minutos de mi tiempo, lo que normalmente requiere de no más de unos diez a quince minutos.

El peligro no termina ahí –con la instalación de un nuevo poste–, por cuanto los cables eléctricos y telefónicos no han sido elevados a la altura del poste y muchos de estos cuelgan a baja altura, de suerte que apenas superan la altura de un vehículo deportivo, no así de un vehículo proveedor, de un bus escolar o de un volquete, que por esta calle también transitan mucho.

El jueves pasado, acudieron los técnicos a reubicar los cables respectivos a su posición original.

Sin embargo, al día siguiente, toda la cablería reinstalada volvió a caerse al piso y ahí continúan hasta el momento que hice este escrito; ojalá que cuando se publique se haya solucionado. ¿Qué esperábamos? Las entidades públicas de energía eléctrica y de telefonía tienen la última palabra. (O)

Sucre Calderón Calderón,
Abogado, avenida Samborondón