El Acuerdo 0101 del Ministerio de Finanzas (3 de junio de 2016) es un correazo desde Quito para el país: recorta las asignaciones de los gobiernos locales y las lleva a un nivel inferior en términos reales al que tenían antes de la Cootad. Esto mientras el Gobierno Central de la capital ha aumentado los gastos corrientes en 2016 versus el 2015.

La historia reciente es así: el Gobierno impulsó la Cootad, una ley que unificó las rentas que los gobiernos locales recibían hasta el 2010 como consecuencia de varias leyes anteriores, a eso lo llamó “Componente A”; a lo nuevo, es decir, al “incremento sobre el 2010”, lo llamó “Componente B” y debía variar para cada jurisdicción según una fórmula de “méritos” que comentamos más adelante.

Con el reciente acuerdo, el componente B para el conjunto de los municipios se redujo 56% con respecto al 2015 y equivale ahora al 21,3% del componente A, es decir que en teoría las rentas municipales crecieron el 21,3% desde el 2010; sin embargo, desde esa fecha, la inflación acumulada es del 23,7%, lo que significa que, en términos reales, las asignaciones municipales de antes de la Cootad tenían mayor poder adquisitivo que ahora. Con la complicidad de la burocracia capitalina la Revolución Ciudadana (RC) logra así empobrecer a la periferia y engordar al centro político del país.

El trato a Guayaquil es peor: su componente A es de $ 223,6 millones, y es la única ciudad del país a la que este componente A, que consolidaba lo correspondiente al 2010, no se lo reconocieron completo desde el 2011, sino recién en 2013. Con el Acuerdo 0101, el componente B será de $ 32,4 millones, o sea que “lo nuevo” es el 14,5% de A. Con una inflación del 23,7% esto equivale a una pérdida del 9,2% de poder adquisitivo de las asignaciones constitucionales. En los próximos meses podrán seguir reduciendo las asignaciones si siguen bajando las recaudaciones de impuestos; pero los años que estas fueron muy superiores a lo presupuestado, el Gobierno se quedó con la diferencia.

El componente B se reparte entre los GAD según una fórmula que es una verdadera mamarrachada, pues para calcular lo de un solo cantón utiliza 7 componentes y más de 2.652 cantidades que no publican. Uno de esos 7 componentes se obtiene de un modelo llamado de regresión lineal con apenas 23% de explicación, algo que ni un principiante en estadísticas se atrevería a usar. Y todo porque a un genio de Senplades, con respaldo de la Presidencia, se le ocurrió que la tributación local debía ser directamente proporcional al índice de necesidades satisfechas, cuando es fácil constatar que no es así, pues hay cantones con baja tributación local que tiene necesidades relativamente satisfechas por parte del Estado.

Otro “detalle”: en la sabatina del 20/01/2010 Correa justificó que su gobierno le daba más dinero a Quito, a pesar de ser más pequeña y con menos necesidades que Guayaquil, dizque por causa de una ley aprobada en la época de LFC. En el 2016 el componente B, o sea “lo nuevo” de la RC, le asigna 35,4 millones a Quito y tan solo 32,4 a Guayaquil. ¿Qué dirá ahora? ¿Que es “mérito” de Quito contratar a precios de Odebrecht, tener cinco veces más burocracia y está superendeudada? ¿Quién le creerá? (O)