Considero importante realizar observaciones a la valoración y venta de empresas y bancos públicos y privados.

La valoración es utilizada para evaluar transacciones importantes como fusiones, adquisiciones, desinversiones y reestructuraciones; y es esencial para conocer en qué medida un negocio –como está conformado y operando– crea valor para los accionistas. También es utilizada para estimar el valor de las estrategias de negocios, alternativas; y el valor de programas específicos dentro de estas estrategias que incluyen iniciativas como introducción de nuevos productos, inversiones de capital... La atención solo en utilidades contables conduce a decisiones equivocadas. La investigación empírica sugiere que el flujo de fondos, no utilidades contables ni el valor en libros de activos y del patrimonio, determina el valor, precio, de la acción. El flujo de fondos contempla además de las utilidades cambios en el capital de trabajo, inversiones de capital, etcétera. Los activos, operativos, son importantes en cuanto generen flujos de fondos que son descontados al costo de capital. El valor de activos no operativos, que no contribuyen directamente a la generación del flujo de fondos, se suma al final al valor intrínseco de las inversiones. El precio de las acciones en la Bolsa de Valores no necesariamente refleja el valor intrínseco de empresas y bancos, especialmente en un mercado pequeño como el nacional. La valoración de empresas y bancos depende de las expectativas que directivos, inversionistas, analistas, tengan de la capacidad de los activos para generar flujos de fondos, y los parámetros utilizados (riesgo país, etcétera). (O)

Rubén Mantilla,
Guayaquil