Sorprenden los resultados publicados por el Banco Central sobre el crecimiento de la economía en 2015. Crecimiento: +0,3%. No solo por el resultado global, pero más aún por la evolución trimestre tras trimestre. Aparentemente se habrían dado 3 trimestres de 0% y solo uno (abril/junio) en que la economía cayó 1%. Cualquier lector puede hacerse la pregunta en las actividades en que está (como empleado o dueño): ¿solo 1 trimestre del año fue realmente malo, mientras en los otros 3 las ventas se mantuvieron? Difícil. Más real es: 1 trimestre de -1%, 2 trimestres de -0,6% y 1 trimestre de 0%. Resultado global promedio: 0% (para evitar confusiones, porque hay varias maneras de calcular, anuales, trimestrales, promedio, me permito sugerir mi blog del 11 de noviembre de 2015, en que intento explicar este tema).

Detrás de esto hay, al menos, una cifra muy extraña: la inversión solo habría caído en volumen en 2,5%. Sorprendente porque solo el Gobierno en su conjunto ha tenido una caída en dólares del 27%, y probablemente el sector privado (vivienda, empresas) debe haber caído en dólares entre 5% y 10%, es decir, la caída total en dólares debe estar entre 15% y 20%. De ahí a llegar a solo 2,5% en volumen, es difícil de explicar (los precios de los bienes de inversión han bajado, pero ¿tanto?).

Estas cifras de actividad económica no son muy compatibles con la evolución del empleo (a no ser que la economía, solo desde diciembre, haya tomado un rumbo muy negativo). A marzo de 2016 ya estamos con un desempleo nacional del 5,7% y urbano del 7,4%. Y ahí también hay cifras que pueden sorprender, o al menos hay que comentarlas. La PEA (población económicamente activa: gente que trabaja o busca trabajar) creció solo en el primer trimestre en 350.000 personas, un aumento del 4,8%. Es enorme, teniendo en cuenta que el aumento promedio anual de 2007 a 2014 fue 1,8% y en todo el 2015 fue 4%. ¡Ahora en 3 meses, 4,8%! Una explicación es que con el deterioro de la economía hay mucha más gente (670.000 personas desde inicios del 2015) que se insertan de una u otra manera al mercado laboral para intentar salir adelante (buscando empleo, aceptando subempleos)… pero esa necesidad apremiante de la gente no se refleja en las cifras sobre la actividad económica. Es importante estar conscientes de que de esas 670.000 personas adicionales han ido al subempleo 400.000, desempleo 175.000, empleo no remunerado 300.000 (sobre todo trabajo en el hogar), otros empleos a medio tiempo 175.000, mientras se han perdido 400.000 empleos adecuados (los de mejor calidad y remuneración). La metodología del INEC también debe ser discutida, porque es muy probable que desde inicios del 2015, las 175.000 personas adicionales “en otros empleos” son en realidad subempleadas y los 300.000 en “empleo no remunerado” son desempleados, con lo cual la cifra de desempleo y subempleo son mucho mayores… y serán peores. Desgraciadamente.

Hay cifras y metodologías que merecen ser discutidas, porque mejores mediciones ayudan a tomar mejores decisiones, y se evita una mayor politización de la economía. (O)