Aciago día el sábado 16 de abril de 2016. La tierra desató su furia, nos zarandeó con tal fuerza que llegó a los 7,8 de magnitud en la escala de Richter, sufrimos lo indecible y seguimos sufriendo...

La pérdida, el dolor y la muerte no están en la lista de nuestros deseos porque siempre pensamos en nuestro bienestar y creemos que tenemos el derecho de ser felices a toda costa, aun pisoteando y atropellando a los demás. Qué egoístas y petulantes somos, tan llenos de soberbia, creemos que la vida nos pertenece. Craso error, nuestra vida es de Dios... Es el momento de hacer conciencia de nuestros actos, de que Dios debe entronizarse en la Constitución de la República del Ecuador, solo así tendremos un país bendito donde soplen nuevos vientos, donde reine la paz... (O)

Myrna Leonor Jurado de Cobo, Guayaquil