El listado Forbes con los nombres de los más acaudalados del mundo estima entre ellos la suma de $ 7,5 billones, aproximadamente. Enhorabuena tuvieron la oportunidad y capacidad de acumular tanto, no obstante, sin perjudicar sus fortunas podrían formar un fondo mundial mediante algún fideicomiso, para programas de progreso social y económico de países de más bajo desarrollo; dentro del cual podría destinarse cierta partida para casos de emergencias naturales, como nuestro caso. Si pudiera dirigirles una carta, les diría:

Ustedes han sido favorecidos por el destino y su eficiencia en los negocios acumulando inmensos recursos que provienen del acervo social, bien podrían pasar a la inmortalidad articulando su capacidad a fin de colaborar con la humanidad, pudiendo inaugurar un periodo de desarrollo y prosperidad en los países más pobres, que provocaría los siguientes efectos: crecimiento equitativo que evitaría las corrientes migratorias hacia los países más desarrollados; progreso en todas las naciones, al ser grandes productoras y consumidoras; y la eterna gratitud de la humanidad, pasando a la historia universal no solo como benefactores sino como ejemplos para toda la especie. (O)

Jorge Chambers Hidalgo, abogado, Guayaquil