Hacia la reconstrucción
Gonzalo Gómez Landires

La devastación provocada por el terremoto de Manabí también lastimó la infraestructura económica del sector, destruyendo instalaciones, equipo y maquinaria de todo tipo de unidades productivas, grandes y pequeñas y de todos los sectores económicos, tanto comercial como industrial, manufacturero, agropecuario y de servicios. La incapacidad de mantener la actividad productiva desmorona la posibilidad de generar ingresos y, por lo tanto, desploma la capacidad de pago, afectando especialmente a los involucrados en las operaciones de financiamiento bancario privado y estatal. Los deudores no podrán cumplir con sus obligaciones y los acreedores no podrán recuperar sus capitales de manera oportuna.

Por eso la reestructuración de los préstamos concedidos es el camino adecuado, pero debemos tomar en cuenta la corrección de algunos factores que recurrentemente han entorpecido el manejo de estas operaciones, y que deben ser modificados de manera definitiva:

- No generalizar términos y condiciones: Cada caso debe ser estudiado individualmente, con sus propias condiciones, características y afectaciones; recordemos que la industria y el comercio trabajan con material inerte y allí las respuestas son mecánicas, mientras que en agropecuaria se brega con seres vivos, donde las respuestas se manifiestan por etapas y en forma progresiva; ¡no deben tratarse de igual forma!

- Capacidad de pago: Imprescindible la identificación exhaustiva del flujo de ingresos y costo operativo de cada caso, para establecer una capacidad de pago real, que incluya un saludable margen de cobertura. En agropecuaria es indispensable la intervención de profesionales en el ramo.

- Construir tabla de amortización adecuada: El flujo de las obligaciones debe ser consecuente con la capacidad de pago, de manera que en el gráfico de los flujos exista concordancia entre los valores por ingresos y las obligaciones por pagar.

- Métodos de amortización: La CFN y la banca privada han venido utilizando los sistemas de dividendos iguales y/o el de dividendos decrecientes; de estos, solo el de dividendos iguales puede utilizarse con beneficio en algunas formas de financiamiento para desarrollo, pero en el caso que nos ocupa solo debería utilizarse en combinación con el sistema de dividendos incrementales, que genera pagos de menor a mayor y que se necesitará en nuestro caso para permitir un adecuado tiempo de recuperación de la actividad, que irá recobrando de a poco su capacidad de pago.

Estas condiciones son las principales para que el programa de reestructuración sea viable, además de otros tópicos que son también importantes para la consecución de la viabilidad del proyecto y que nombramos a continuación:

-?Tasa de interés preferencial. -Condonación de intereses de mora. -Nuevos créditos para restauraciones y reconstrucciones de las unidades productivas. -Consolidación de deudas a intereses preferenciales. -Periodos de gracia individualizados para cada caso. -Mantener las condiciones administrativas y legales como en el crédito inicial. -No solicitar garantías adicionales a las constituidas. -La única nueva garantía deberá ser la identificación de la viabilidad técnica y económica del proyecto.

Es necesario hacer conciencia de que el objetivo de la reestructuración económica es la rehabilitación del andamiaje productivo del sector, y no solo la recuperación de los capitales financiados, peor aún la ejecución de las garantías constituidas. (O)