Nuestra ciudad, gracias a nuestro alcalde, es el punto de entrada al turismo extranjero y nacional. Qué pena que por parte de la cooperativa de taxistas que opera en la puerta de salida de la terminal terrestre de Guayaquil, se vea una imagen desmejorada; ya no están con su guayabera limpia y blanca, tratan al cliente como si llevarlo a uno fuera una dádiva, exigen que si hay otro pasajero que va por la ruta, les permitamos hacer otra carrera.

Es el colmo que unos mal llamados profesionales del volante presenten una mala imagen a turistas o usuarios de la terminal terrestre. (O)

Mayra Victoria Álava Abad, profesora, Guayaquil