El título es claro, ‘Más de siete mil personas buscan una plaza de trabajo en el Metro’. El artículo menciona algunos casos: tres riosenses que salieron de Buena Fe a las 23:00 del día anterior para llegar a las 03:00 y ser unos de los primeros de la cola; un quiteño que hace cinco meses, junto con un centenar de personas, fue despedido del consorcio en el que trabajaba y solo consigue “cachuelos” con lo que no puede mantener a su esposa y sus dos hijos; el ingeniero de Sistemas con experiencia en fiscalización que buscaba dejar su carpeta para un puesto de conductor.

Según el Municipio de Quito, la construcción del metro demorará 42 meses y generará una oferta de alrededor de 20.000 puestos de trabajo directo y 15.000 indirectos, para 34 oficios y profesiones, aunque no, necesariamente, simultáneos, sino a medida que avance el proyecto.

En todo caso, la demanda de trabajo es real, el pago de la liquidación a quienes son despedidos se agota y las necesidades familiares demandan atención. Es uno de los efectos del problema económico que atraviesa el país y que requiere acciones acertadas y urgentes. (O)