Parece ser que ya todo está decidido en la Asamblea Nacional, sin embargo, retomo inquietudes tratadas en esta columna. ¡Cómo se divulgan sofismas y se esparcen aseveraciones que no ayudan a comprender mejor aquello que es necesario para el país! La inescrupulosa propalación de spots a favor de la bondad de las enmiendas constitucionales solamente confirma lo que está por venir: una reforma a la Constitución por el camino equivocado, contrariando tanto la historia constitucional ecuatoriana como la bondad de una consulta popular para legislar en temas trascendentes.

- Diciembre marcará el futuro de Ecuador. Lo que está por pasar, que todos presentimos que pasará, es un paso para convertir al Ecuador en una sucursal más de un estilo de gobierno que ha sido cuestionado en Argentina, tambalea en Venezuela, busca oxígeno en Cuba, sorprende en Bolivia. Este mes nos recordará la implementación de un sistema de gobierno dictatorial, ‘constitucionalmente instalado’ mediante el manoseo de leyes a favor de un grupo de ecuatorianos que se sienten mesías, creadores de ‘la Patria grande’.

- Sorprende escuchar que el paquete de enmiendas será votado como tal, luego de su reglamentario debate, es decir, en una sola votación para el todo. Debe ser una calumnia para desfigurar el proceso, intencionalmente. Si lo que se rumora fuese verdad, entonces se debieron evitar tantos dimes y diretes y publicitados debates. Sencillamente, como en otras cosas, tuvo que sincerarse lo que se pretendía: las enmiendas van porque van y punto.

- En estos días estamos por constatar el peligro, histórico, de la dictadura del número. Vale recordar que ‘los números’ adquieren validez y respeto cuando representan las urgencias de un país y cuando se ciñen a normas vigentes y se anclan en la normativa universal. Un ejemplo: Tosada Ltda., compañía ficticia, elige doce miembros para que la gobiernen. Once de ellos deciden matar al gerente. Se lo mata y ese directorio elige a un nuevo gerente para el bienestar societario. Existe mayoría, los once están de acuerdo. ¿La mayoría justifica el crimen?

- La bondad o maldad de una acción no depende de un quórum favorable o desfavorable; depende en primera instancia de la licitud de aquello que se ejecuta. Si la mayoría de asambleístas decide, con la bendición de la Corte Constitucional, transformar las reformas en enmiendas y por este camino aprobarlas en montón, no por esto la acción que comento adquiere bondad y se apega a los requerimientos constitucionales. El número no es sinónimo de rectitud, es un medio para encontrar lo justo y necesario para una colectividad.

- La ausencia de partidos políticos bien estructurados; la dificultad para juntar opciones diversas en torno a soluciones impostergables; mayorías dóciles a los vaivenes de Carondelet; el miedo a represalias individuales e institucionales; la abulia cívica de un porcentaje alto de compatriotas, etcétera, son los creadores de vientos de tormenta que pueden arrasar con legítimas conquistas de este y otros gobiernos. ¿Es la historia, en verdad, maestra de la vida?

“El poder para moldear el futuro de una república estará en manos del periodismo de las generaciones futuras”, Joseph Pulitzer. (O)