Pensando positivo, al presidente Correa creo que le sucede lo que otro presidente definió como que las palabras se le van más allá de los conceptos y de sus intenciones. En parte porque parece que con frecuencia habla antes de tener la necesaria información, en parte porque es mal informado.

En Manta, en la semana anterior, refiriéndose a la Ley de Seguridad Social del 2001 –ya reformada por él en muchos artículos, en sus casi ocho años de gobierno– la calificó de “cantinflesca”, supuso que los que no coinciden con él en la forma que ordena se manejen los fondos del IESS, como que le están diciendo “no rebuzne”, haciendo saber su decisión de que al IESS “...ni veinte centavos”.

Su posición es: Al requerir los afiliados al IESS que se respete la autonomía del IESS, estos no tienen derecho a pedir “subsidios” al Gobierno.

Lo que se silencia es que en violación de su autonomía le han llenado al IESS de cargas no financiadas y se han dilapidado sus recursos.

¿El Gobierno subsidia al IESS?
La respuesta es no. Lo que sucede es que los gobiernos –y el actual más que los anteriores– le han agregado al IESS cargas para atender prestaciones sin que haya financiamiento adecuado para tales cargas.

Por eso, por décadas los gobiernos han estado obligados a aportar el 40% de las pensiones del fondo de jubilación, lo que se derogó con la llamada Ley de Justicia Laboral en la que también se norma el trabajo no remunerado del hogar, dictada el 2015, sustituyendo la obligación precisa y puntual del Estado por una difusa de que el Estado cuando el IESS no pueda pagar pensiones las asuma en el monto que sea necesario. Norma que encubre el perverso dicho “yo te ofrezco, pero busca quien te dé”, ya que a un futuro gobierno se le está asignando una carga no financiada, cuando lo lógico es la provisión anual debidamente invertida.

A la manipulación de las palabras se le agrega la que parece malintencionada confusión de liquidez actual –que además disminuye– con el cálculo actuarial de pensiones en el corto, mediano y largo plazo.

En Chile, el Fondo correspondiente está en el 60% del Producto Interno Bruto –la riqueza del país–; en México, Colombia y Perú, cerca del 20% del PIB.

En el Ecuador, antes de eliminar el aporte del 40%, se calculaba en el 9% del PIB. Después, va a quedar pulverizado.

Esto es, no se trata de solo transferir o no $ 1.100 millones del Presupuesto del Estado al IESS, sino de la sostenibilidad actuarial de las pensiones del IESS, pensando en los actuales y futuros jubilados.

El desfinanciamiento en salud
Varias circunstancias concurren a este.

Desde el Gobierno se manipula que se debe porque han tenido que pagar a prestadores externos. De lo que se conoce, más barato que asumir los costos directamente ha sido recurrir a prestadores externos.

Hay inauguraciones –aun con el presidente– que han sido solo para la foto, luego las edificaciones aparecieron con sobrecostos, faltaron o caducaron medicamentos y los equipos ya no se utilizan. ¿En los ocho años, dónde están los responsables? Dineros perdidos por millones de dólares. Quizás enriquecieron a algunos.

Hoy se avisa que se tomará dinero de los aportes asignados a jubilaciones, a fin de que pasen al fondo de salud, parte para pagar a los prestadores externos, parte para nuevas construcciones y compras. Lo ético –en cuanto a lo último– sería que se publicaran las auditorías sobre las irregularidades multiplicadas en los recientes ocho años y también las anteriores en caso de haberlas, con identificación de los responsables, no por solo represalia política, como parece que podría ser el caso de Ramiro González, caído en desgracia semanas atrás.

Pero, a más de lo expresado, se han incrementado cargas desfinanciadas que por mandato imperativo de la Ley debe cubrirlas el Estado. Por el art. 10, literal d), de la Ley del IESS –que no requiere reglamento alguno– es el caso de los jubilados. También es el caso de los hijos de los afiliados al IESS, entre 6 y 18 años, obligación asumida por el actual Gobierno, que no se la cuestiona, pero debe ser financiada por el Gobierno.

Hay los casos de los seguros catastróficos en que también se ordena el aporte del Gobierno y el mencionado por el presidente de enfermedades crónicas degenerativas, sobre las que debe haber una póliza colectiva, conforme al Reglamento, pero su falta, por el art. 103 de la Ley no puede limitar la obligación ni implicar exclusiones.

Es que resulta contra natura, una especie de patología jurídica, que quienes deben dictar el Reglamento de una norma legal, no lo hacen y luego se justifiquen en que no lo dictaron. Nadie debe aprovecharse de su propio incumplimiento de la Ley.

A mayo del 2015 lo debido por el Gobierno al IESS, por incumplimientos en el financiamiento de prestaciones en salud del IESS, impuestas sin darles los recursos para ese fin, superaba los $ 1.875 millones.

Eutanasia pasiva
Se denomina eutanasia al acto deliberado de dar fin a la vida de un paciente, para que deje de sufrir, por su propio requerimiento o a petición de sus familiares. En el supuesto religioso y en lo moral se la cuestiona.

Pero, también hay la conducta de limitarse a medios paliativos quizás solo para mitigar el dolor, absteniéndose de intentar curar al paciente, con el pretexto de que la cura es costosa. A esta conducta se la llama una especie de eutanasia pasiva.

La explicación la escuché cuando se informaba que el IESS a los que han recibido trasplante de riñón no le proveen los medicamentos que evitan su rechazo, lo que les va a significar un alto riesgo de muerte. ¿Será porque no se quiere gastar?, no lo creo, sería una especie de eutanasia. Lo más probable es que sea por desorganización.

Para supuestamente hacerme pisar tierra, me hicieron escuchar una grabación del presidente, en una sabatina, en la cual expresaba: “Si una abuelita de 90 años tiene una enfermedad rara y cuesta un millón el tratamiento, ¿tengo que dejar de atender a los niños de las guarderías, nutrición, etcétera, para darle el millón a la abuelita de 90 años? (…). Ni tiene sentido”. Se fue de lengua el presidente, estoy convencido de que para nada, ni activa, ni pasiva, él puede estar por la eutanasia. La evaluación médica es lo que debe llevar a una decisión. (O)

...al presidente Correa creo que le sucede lo que otro presidente definió como que las palabras se le iban más allá de los conceptos y de sus intenciones”.