Chuta, qué interesante. Mañana comienza en Francia la Cumbre sobre el Cambio Climático, en la que participará el excelentísimo señor presidente de la República.

¡Buenazo ha de estar su discurso!, para qué también. Es que él, como economista, es experto en cambios. ¡Ay no!, en climas quise decir. ¡Cómo domina el tema! Ojalá todo el mundo siga al pie de la letra sus recomendaciones. ¿Está claro?, les ha de preguntar de cuando en cuando a los presidentes que asisten a la cumbre. Y después de cada párrafo les ha de refregar: si eso lo sabe hasta un estudiante de primer año de cosmetología. ¿O será de cosmografía? ¡Ay, qué difícil que es la terminología científica!

Pero seguro que hace muchas revelaciones basadas en su larga experiencia como climólogo. Él más que nadie sabe que el clima está cambiando y que, de no tomar medidas urgentes, nos podemos achicharrar todos los habitantes del planeta. Les ha de explicar que él ha sentido en carne propia que lo primero que se está calentando en el país son las calles. Y cierto es, para qué también. ¡Cómo se le han ido calentando las calles al excelentísimo señor presidente de la República! Cien mil personas salen y gritan, calientísimas, y él, para no alarmar al mundo con ese calentamiento, dice que son cinco mil nomás. Y por eso no reconoce que el calentamiento torna a hacerse global: los jubilados, los afiliados, los desempleados, los trabajadores, los indígenas, los profesores, los perseguidos. Lo peor es que a eso se suman los gases que ordena tirar el Serrano y que atentan contra la capa de ozono de los pobres calentados y les produce un efecto invernadero en los pulmones. ¡Horrible es ese daño atmosférico!

Después ha de explicar que el calentamiento es de dos clases: el de las calles y el que, en un país ecuatorial, se produce los sábados por la acumulación de azufre. Ese calentamiento es el que más modifica el clima: el clima de la justicia, de la Asamblea, de los empresarios, de los funcionarios y de todos mismo. Está de que en ese punto el excelentísimo señor presidente de la República diga que va a hacerse un descalentamiento global y ahí sí le han de aplaudir durísimo los asistentes a la Cumbre. Capaz que hasta le dan un doctorado honoris causa en climaterio.

Por último ha de hacer alusión a ciertos fenómenos que generan oxígeno. No pues, no ha de hablar del Yasuní, porque ahí se mete en camisa de once varas. Ha de hablar más bien del reciclamiento, que es muy bueno para evitar el efecto invernadero. A un ministro le pone de embajador, a un embajador de ministro y al mismo ministro que estaba de embajador, otra vez de ministro y así, más el eclipse de sol que prepara para que no le digan que quiere seguir brillando como única estrella en el firmamento, consigue el oxígeno, tan necesario para la vida.

Linda va a estar la conferencia. Ojalá el Patiño le diga al excelentísimo señor presidente de la República que se ponga corbata, para no romper el Protocolo de Kioto, que es bien estricto. Sí está que transmitan su discurso en cadena nacional. Pero está de que sus asesores le aconsejen que mejor hable en francés y no en español, para que todos le entendamos. (O)