A propósito del triunfo de Macri en Argentina y el consecuente fin a la era Kirchner que ha durado 12 años, la prensa gubernamental se ha llenado de lamentos respecto a lo que denomina la vuelta de la derecha y la pérdida de los logros alcanzados por los gobiernos “progresistas”, y como tal califica al régimen de Cristina Fernández, que entregará un país con inflación de más del 30% anual, caos en el ámbito cambiario, con cotizaciones en el mercado paralelas del dólar que superan en el 50% al oficial; contracción en los negocios; estadísticas manipuladas; corrupción; enriquecimiento desvergonzado; desempleo creciente; graves limitaciones a la libertad de prensa; intentos por perennizarse en el poder; falta de independencia de los jueces.

Y mutatis mutandi, similares condiciones se podrían aplicar a regímenes de países autodenominados del socialismo del siglo XXI, el caso de Venezuela constituye la máxima expresión de corrupción y feroz azote a las libertades y al bienestar de su pueblo. ‘Una trama vinculada al chavismo blanqueó más de 1.400 millones en Andorra’, titulaba el ABC de Madrid en su edición del 5 de noviembre, en la investigación señalaba que (la trama vinculada al chavismo) “formada por jefes de la petrolera estatal y políticos, y nutrida con dineros de la corrupción, movía los fondos desde Banca Privada de Andorra” y continuaba: “Las autoridades judiciales del Principado investigan una gigantesca trama de blanqueo de dinero vinculado al núcleo duro del régimen venezolano, que habría lavado más de 1.400 millones de euros a través de Banca Privada de Andorra (BPA) entre 2006 y 2012. 24 son las personas físicas sobre las cuales ha pedido información Andorra a las autoridades norteamericanas y venezolanas. 42 son las sociedades que están siendo analizadas por los investigadores del Principado”. Entonces, ¿son gobiernos progresistas aquellos que favorecen el “progreso” de grupos gobernantes?(O)

Francisco M. Rosales Ramos, abogado, Quito