La asambleísta Lourdes Tibán denunció que fue agredida por dos mujeres cerca de su oficina en el local de la Asamblea Nacional. Las agresoras le dieron golpes en la espalda, un puntapié y la arrastraron cogiéndola del pelo, la amenazaron de muerte, al igual que un hombre que observaba. No le robaron.

Una de sus compañeras de bancada propuso en el pleno de la Asamblea que se tratara un proyecto de resolución de solidaridad. La propuesta fue negada por 64 votos en contra. Hubo 36 votos a favor y 14 abstenciones.

Llama mucho la atención que una mayoría de asambleístas se haya negado a solidarizarse con una legisladora, como ellos, que fue maltratada y amenazada con un “no sabes con quién te has metido”, “ya vas a ver lo que te pasa”.

Más allá de las diferencias ideológicas, hay momentos en que la solidaridad debe ser una respuesta y este es uno de ellos, porque se trata de rechazar la violencia, que de una u otra forma se entroniza en nuestra comunidad. (O)