No puedo concebir esa extraña opción del gobernante de dar una “respuesta política” en forma insultante a una persona, cualquiera que sea su rango, que únicamente se limita a dar pacíficas sugerencias para una mejor relación con sus mandantes; cuando existe en el país preocupante estado, casi permanente, de convulsión social. ¿O no es convulsión cuando ha habido sinnúmero de detenidos y de policías heridos?

El gobernante debe dar ejemplo de cordura y tolerancia, especialmente a los jóvenes que están siempre pendientes de la actuación de los adultos. (O)

Alfredo Víctor Minervini Faillace, técnico, Guayaquil