Nuestro presidente afirmó en su sabatina que ha enviado por medio de la Nunciatura Apostólica a la Santa Sede una protesta al Vaticano por una supuesta intervención política partidista del arzobispo Arregui para ayudar a un banquero, miembro del Opus Dei, en su campaña por la presidencia de la República. “Porque está prohibido por el derecho romano, por el acuerdo con la Santa Sede”. “Los curas no tienen derecho a participar partidariamente en política”.

Documentos:

El respeto a los ciudadanos, aun antes de mis reflexiones, por serenas y objetivas que estas puedan ser, me exige ofrecerles el documento referente al tema. El ciudadano ecuatoriano es capaz de descubrir en el documento la verdad acerca de las expresiones del arzobispo Arregui. “Modus Vivendi” entre el Ecuador y la Santa Sede. Este documento, firmado el 24 julio de 1937, publicado en el Registro Oficial del 14 de setiembre de 1937, se equipara a un tratado internacional. El “Modus Vivendi” establece relaciones de libertad en el ejercicio de las respectivas atribuciones del Estado y de la Iglesia.

Artículo Cuarto: “La Santa Sede renueva sus órdenes precisas al Clero ecuatoriano, a fin de que se mantenga fuera de los partidos y sea extraño a sus competiciones políticas”.

Convención adicional, firmada en la misma fecha, 24 de julio de 1937, en su artículo 1 aclara y precisa el contenido del artículo cuarto del Modus Vivendi. “La Santa Sede y el Gobierno del Ecuador dejan constancia de que el artículo 4º del referido ‘Modus Vivendi’ en nada menoscaba la plena e incontestable libertad que asiste al Clero para predicar, exponer y defender la doctrina dogmática y moral católica”.

Reflexiones:

1ª. Es indispensable distinguir a) la política en general, que es la búsqueda del buen vivir integral de todos los miembros de la sociedad. La persona humana logra el buen vivir integral, gracias al desarrollo de los valores humanos, como la vida, la verdad, la libertad, la responsabilidad, la creatividad, la justicia. b) La política partidista busca el bien común desde un enfoque y desde intereses parciales. Porque conculca o descuida algunos valores humanos, la política partidista (de “derecha” y de “izquierda”) no ha traído a lo largo de la historia un estable buen vivir.

2ª. Hay que respetar que unos ciudadanos cultiven más unos valores que otros; pero nadie ha de pretender imponer a todos sus preferencias y menos aún la conculcación de valores humanos. El diálogo tiene la difícil tarea de integrar en la marcha de la sociedad las partes de acierto, que todos los partidos tienen. Si sus dirigentes se guiaran más por el bien de la sociedad y no por su libreto y sus intereses, se podrían integrar y, juntos, podrían servir mejor a la sociedad.

3ª. Cristo es Hijo de Dios hecho hombre. El cristiano honra a Dios, fomentando el desarrollo de la persona humana y sus valores. Desentenderse del respeto de la persona humana, del cultivo de los valores humanos es “pecado” de omisión.

4ª. Los “curas” deben empeñarse en la política del bien común e invitar a la integración por el bien de la sociedad, señalando a la conciencia de los ciudadanos lo que falta en los partidos para servir eficaz y establemente a la sociedad.

5ª. Algunos gobernantes no son coherentes: buscan con halagos que algunos “curas” apoyen su enfoque partidista y maltratan a los que cuidan más su libertad.

6ª. Algunos gobernantes, obstaculizando el libre ejercicio de reflexión, dando a ciertas palabras un significado ofensivo –por ejemplo a las palabras Opus Dei, a la palabra banquero– buscan el infantilismo ciudadano, más conocido con el nombre de populismo, caldo de cultivo de totalitarismos. (O)

Los “curas” deben empeñarse en la política del bien común e invitar a la integración por el bien de la sociedad, señalando a la conciencia de los ciudadanos lo que falta en los partidos para servir eficaz y establemente a la sociedad.